La Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México tiene identificadas a cuatro familias que controlan el delito de robo de autopartes, que les ha permitido abrir negocios bien establecidos y en los que mezclan la venta de partes originales y legales con las hurtadas, situación que ya investiga la Unidad Financiera de la Procuraduría General de Justicia capitalina.
Este ilícito en la ciudad va al alza y parece no tener freno, debido a que con el nuevo sistema penal el robo de piezas de vehículos no es considerado grave, por lo que los presuntos delincuentes pueden regresar a la calle con la simple reparación del daño.
De acuerdo con las estadísticas de la Procuraduría General de Justicia capitalina, durante el primer semestre de 2017 se iniciaron 3 mil 793 carpetas de investigación, mientras que en el mismo periodo de este año se interpusieron 5 mil 683 denuncias, lo que representa un incremento de 49.8%.
Además, el robo de autopartes se considera un delito lucrativo. Se estima que por hurtar calaveras, espejos retrovisores, insignias de autos y llantas cada ladrón obtiene ganancias mensuales de entre 30 mil y 50 mil pesos.
Sin embargo, la cifra de personas que siguen un proceso penal por este delito es mínima, apenas 1% de los detenidos en flagrancia llega a prisión, aunque imputados por otras causas, ya sea que cuentan con antecedentes penales o incluso por la portación de drogas y no por la sustracción de autopartes.
La SSP reportó que detuvo durante el primer semestre de 2018 a 275 personas, de las cuales sólo 10 siguen un proceso penal por su reincidencia en el robo de autopartes.
Las detenciones y denuncias de las víctimas se concentran en las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Iztapalapa y Gustavo A. Madero.
Recientemente se realizó un operativo en la zona de la colonia Doctores, en la que incautaron más de 100 llantas, luego de que los propietarios no lograron comprobar la procedencia de los neumáticos.