La barbarie se abre paso
CARLOS MARÍN
A lo que lleva construido el nuevo aeropuerto en Texcoco le depara lo mismo que a los budas gigantes de Afganistán, al templo de Baalshamin en Siria o al museo de Mosul en Irak: su demolición.
De los primeros se encargaron los talibanes, de los segundos el ISIS, y del NAIM se ocupará la regresiva cuarta transformación.
Anoche, triunfalistas “representantes sociales” celebraron el resultado de la más desconfiable y fraudulenta “consulta popular” de que haya memoria, repitiendo la patraña de que “se recuperará el lago”…
¡desaparecido hace más de 200 años!
Perdiendo en realidad (como la mayoría de los mexicanos), “ganaron” los que imaginan corrupción en contratos licitados y a la vista en internet; los demagogos que hablan por supuestos “pueblos originarios”; los inventores del “ecocidio” en un vaso desértico, salitroso y estéril; los privatizadores de un proyecto altamente redituable que le quitan al Estado la oportunidad de tener parte en un negocio sano; los proclives al a’i se va y al pásate la desa, y todos quienes gustan de proyectitos enanos para seguir explotando políticamente la mina de los jodidos…