Alfonso Romo, el perdedor con Texcoco

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Este martes, los espacios de opinión de la prensa nacional destacan la tensa situación que desencadenó la cancelación de Texcoco; los efectos que esto tendrá en la relación de Alfonso Romo con el sector privado y la salida de funcionarios en Los Pinos.

“La decisión de cancelar el proyecto aeroportuario de Texcoco ha colocado al país en una situación tensa en las cúpulas y preocupante en los indicadores financieros y económicos, como resultado del primer duelo verdadero de fuerzas que se vive después de la peculiar e incruenta elección presidencial del pasado primero de julio y de una engañosa transición de terciopelo”.

“EL EMPRESARIO Alfonso Romo fue el gran perdedor en el equipo de Andrés Manuel López Obrador con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México. Y es que tanto en la campaña como en la transición, fue el enlace con la iniciativa privada y, sobre todo, la voz que daba tranquilidad a los inversionistas en medio de la estridencia de otros colaboradores del tabasqueño. EL NOMBRAMIENTO del regiomontano como futuro jefe de la Oficina de la Presidencia, parecía indicar que AMLO favorecía su visión moderada. Inclusive, el propio Romo aseguró el 3 de octubre, en el foro de Grupo Financiero Santander, que la dizque consulta no iba a dar marcha atrás al NAIM”.

Dejan solo a Peña Nieto en Los Pinos

“Es cuestión de horas, nos adelantan, para que decenas de funcionarios de alto nivel dejen de laborar en la Presidencia de la República. De acuerdo con funcionarios de la casa presidencial, ante las renuncias de la mayor parte del personal de confianza, que busca no tener ningún conflicto a la hora de cobrar su retiro o finiquito, Los Pinos enfrentará el último mes de la administración del presidente Enrique Peña Nieto con el personal mínimo indispensable en todas las áreas. (…) El mexiquense mantendrá una dinámica de pocas apariciones públicas con el fin de atender el proceso de entrega recepción y dejar todo en orden a la próxima administración que encabezará Andrés Manuel López Obrador”.

“A la máxima autoridad de la UNAM corresponde aclarar el entuerto con Inbursa. A nadie más”.

“El escenario en la casa de transición del Presidente electo no podría haber sido más explícito. Andrés Manuel López Obrador escoltado a su izquierda por el futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, y a su derecha por su próximo jefe de Oficina, Alfonso Romo, y por su amigo y asesor, José María Riobóo. Romo, que dio garantías al sector privado y los inversionistas de que la obra del nuevo aeropuerto en Texcoco se mantendría, convertido en rehén de la realidad política de la Cuarta Transformación. Riobóo, quien convenció a López Obrador que Texcoco no era el camino sino una nueva terminal en Santa Lucía y subordinó a sus deseos a Jiménez Espriú, era el gran ganador”.

“¿Qué se debería hacer con el recurso público que no se ejerció en una dependencia o Poder público? Si es dinero del erario, debería dejarse precisamente para beneficio de la sociedad, ¿no? Pero resulta que en el Congreso local se lo repartieron entre los diputados salientes. De acuerdo con el testimonio de varios legisladores consultados, pero que pidieron no se diera su nombre, en los últimos días hubo reuniones para entregarles dinero ¡en efectivo y en sobrecitos! Uno de los encuentros se habría realizado en Casa Jalisco con la bancada priista y del Partido Verde”.

 

(Con información de aristeguinoticias)

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