Los esfuerzos digitales de México hasta el momento han sido loables, pero las ambiciones más altas podrían impulsar la productividad y el crecimiento económico e impulsar el PIB del país en un 7 a 15%
Hoy en día, los mexicanos pueden obtener una copia segura, certificada y libre de errores de su certificado de nacimiento en cuestión de minutos ingresando en gob.mx, un portal único que reúne 34,000 bases de datos de 250 instituciones gubernamentales y 5,400 servicios públicos, según un análisis de Mckinsey & Company.
El sitio, lanzado en 2014, es la pieza central de la campaña de México para digitalizar las operaciones de su gobierno federal, parte de una ola de esfuerzos para mejorar la productividad del gobierno que tiene lugar en todo el mundo.
Aún en las primeras etapas de su viaje de digitalización, México ocupa el lugar 55 en el análisis de McKinsey de la madurez digital de 151 países.
Pero México aún tiene que lograr el tipo de transformación digital de clase mundial que alimenta la productividad y el crecimiento económico; A partir de ahora, el país está a mitad de camino. Para avanzar, las ambiciones del gobierno mexicano deben estar más alineadas con las de los países de mayor rendimiento, como Estonia y Malasia, naciones con niveles de ingresos cercanos a los de México, pero que “superan su peso” en lo que respecta a la madurez digital.
Estimamos que si México alcanzara una calificación de madurez digital “buena” o “muy buena”, aumentaría el PIB del país en un 7 a 15% (o 115,000 millones a 240,000 millones) para 2025. El crecimiento provendría de una mayor productividad y el empleo en los sectores existentes, la creación de nuevas empresas digitales (o digitales), la expansión del sector de la tecnología de la información y la comunicación (TIC) y una transición exitosa de la fuerza laboral a estas nuevas industrias digitales.
Como la segunda economía más grande de América Latina, México también tiene una oportunidad única para establecer los estándares de cómo se ve un gobierno habilitado digitalmente en la región.
Implementar este tipo de cambios no es una tarea fácil (vea la barra lateral, “gasto de dinero digital de México”). Primero, México necesita invertir recursos adicionales significativos en las TIC, ya que el gasto del gobierno se retrasa con respecto al promedio ponderado de nuestros países de referencia: el 1.5 por ciento del presupuesto federal se destina a las TIC en comparación con el promedio ponderado del 3.9%, estimamos que el gasto público y privado en TIC en México debería aumentar al menos un 5%.