Analistas coinciden en que se trata de un golpe en la mesa por parte de López Obrador

Treinta y tres días antes de tomar protesta, Andrés Manuel López Obrador asumió de facto su gobierno. Fue el lunes en la mañana cuando, contra toda esperanza de que la lógica se impusiera, anunció que acataría el resultado de la consulta ciudadana sobre el nuevo aeropuerto y cancelaría la obra en Texcoco. Adiós a la inversión multimillonaria, pero también a la relación débil que tuvo un tiempo con la élite empresarial mexicana y, de paso, a la certidumbre macroeconómica.

Las consecuencias de esta decisión todavía están por verse. Por lo pronto la confrontación del Presidente electo con los empresarios entra en un nuevo capítulo, que parecía haber quedado atrás con la campaña concluida.

Quizá cándidamente, los inversionistas del nuevo aeropuerto confiaron en las encuestas que marcaban una preferencia por continuar la actual construcción y no entraron de lleno a influir en la opinión pública. Error para ellos. Aquí advertimos que ganaría la consulta la opción de la que se hablara más.

Muchos analistas coinciden en que se trata de un golpe en la mesa de López Obrador para dejar claro quién manda a partir de ahora en México, y el poder económico ya no predominará sobre el poder político. Aunque también hay otros mensajes. En este mundo polarizado hay una tendencia de los mandatarios antisistema de borrar todo lo que su antecesor presumió algún tiempo como grandes logros. Lo vemos en Estados Unidos con Donald Trump, derogando el Obamacare o deshaciendo los acuerdos antinucleares con Irán. De este lado, una y otra vez AMLO ha dicho que desmantelará la Reforma Energética, prácticamente le aplicó la eutanasia a la Reforma Educativa y esta semana enterró la obra emblemática de Enrique Peña Nieto. El legado del Presidente priista ha sido reducido.

El mismo lunes en el que el aeropuerto de Texcoco fue arrojado a la basura, Citibanamex hizo circular una nota especial tituada “La decisión sobre el nuevo aeropuerto: una derrota para el sentido común”. En varios puntos enunciaba las preocupaciones del sector financiero tras el anuncio del Presidente electo. Muy ilustrativo es el último párrafo. Dice “quizá lo más relevante desde una perspectiva de mediano plazo sea que, a nuestro parecer, la visión de ‘AMLO como un proceso’ es ahora más negativa. Habíamos asumido que los miembros más moderados del equipo de AMLO tendrían una influencia mayor en su proceso de toma de decisiones. No pensamos que la presidencia de Andrés Manuel López Obrador será definida por un solo evento. Sí pensamos, sin embargo, que la decisión del aeropuerto sugiere que el ‘proceso’ en marcha implica más incertidumbre macroeconómica”.

Bienvenidos a la nueva era. Una que se parece a otras que ya vivimos.

CONTRASEÑA: Casi simultáneamente, Televisa y TV Azteca recibieron del Instituto Federal de Telecomunicaciones la renovación de las concesiones para poder explotar las señales de todos sus canales de TV abierta por 20 años más.