La nueva Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos reglamenta que nadie ganará más que el presidente.
Tras enfrentar el retraso de su publicación por parte del Poder Ejecutivo, en una práctica conocida como “veto de bolsillo”, la ley que pone fin a las pensiones de los expresidentes del país y que baja los salarios a los funcionarios federales fue decretada y entrará en vigor mañana.
La Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos fue publicada en el Diario Oficial de la Federación este lunes, por orden del presidente de la Mesa Directiva del Senado, ya que el presidente Enrique Peña Nieto no la vetó, pero tampoco la publicó en el tiempo correspondiente.
La nueva norma termina con las pensiones que han recibido los presidentes de la República al dejar sus cargos, ya que éstas quedaron sin sustento legal.
“No se concederán ni cubrirán jubilaciones, pensiones o haberes de retiro sin que éstas se encuentren asignadas por la ley, decreto legislativo, contrato colectivo o condiciones generales de trabajo”, indica el artículo 10 de ley.
Los exmandatarios que reciben pensión son Luis Echeverría, Carlos Salinas, Vicente Fox y Felipe Calderón. Ernesto Zedillo renunció al dinero para él pero del erario público sí se pagan servicios que utiliza.
Calderón decidió hace unos meses donar los recursos que recibía a una asociación que atiende a niños con cáncer y en días pasados reprochó la decisión legislativa, que también fue promesa de campaña de Andrés Manuel López Obrador.
Tras ganar la elección del 1 de julio, López Obrador indicó que al ser presidente recortaría a la mitad el salario que percibe actualmente el titular del Ejecutivo y que quedará en 108,000 pesos; con ese tope, más de 20 mil funcionarios federales tendrían que recibir un recorte a sus sueldos.
Por lo anterior, no se descarta que haya funcionarios que presenten amparos legales a fin de que sus sueldos no sean recortados e incluso en organismos como el Banco de México se han vivido oleadas de renuncias y jubilaciones.