Ayer martes, el abogado de Joaquín “El Chapo” Guzmán dio ante el jurado en Nueva York una serie de declaraciones como que el cártel del Pacífico, del cual Guzmán era líder, pagó supuestos sobornos al ex presidente Felipe Calderón y al actual mandatario, Enrique Peña Nieto.
Tanto Calderón como Presidencia negaron tales aseveraciones de inmediato, pero un dardo más debió llegar hasta la sierra de Sinaloa, aquel de que el verdadero jefe del cártel es, en realidad, Ismael “El Mayo” Zambada.
Zambada, quien ya era un capo cuando Guzmán Loera apenas ascendía en la estructura de las drogas, tiene cerca de 70 años, es el narcotraficante más veterano de las cabezas del crimen organizado.
“Él es el patriarca”, dijo Antonio Mazzitelli, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México a la agencia de noticias Reuters.
En la década de 1970, cuando el colombiano Pablo Escobar recién empezaba su carrera de narcotraficante, Zambada ya era mencionado en un caso judicial en Estados Unidos. A diferencia de Escobar (asesinado en 1993), “El Mayo” nunca ha sido arrestado.
Ocho años atrás, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos declaró que una red de negocios en México de su ex esposa e hijos funcionaba como un centro de lavado de dinero. Pese a ello, la mayoría de las empresas siguen abiertas.
“El Mayo” apoyó a Joaquín Guzmán contra los Arellano Félix en los noventa, contra los Beltrán Leyva a principios de la década y hasta la fecha. Incluso, lo apoyó cuando extraditaron a Estados Unidos a su hijo Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”.
Según la versión de la supuesta hija de “El Chapo”, Rosa Isela Guzmán Ortiz, para el diario The Guardian, ella y “El Vicentillo” estuvieron casados y tuvieron hijos, por lo que los líderes del cártel de Sinaloa no sólo son socios, sino familia.
Zambada fue el operador del rescate de los hijos de “El Chapo” cuando fueron secuestrados en “La Leche”, un restaurante en Jalisco en el 2016, después de la última captura de Guzmán Loera.
En 2010, el periodista Julio Scherer logró una entrevista con “El Mayo” Zambada, quien le dijo que nunca salía de la sierra y que no le gustaban las fiestas. Tanto el capo como el escritor posaron para una foto, la última imagen pública del capo más veterano de todos.