El secreto es simple. Si quieres huevos perfectos, deberás utilizar un cronómetro para alcanzar el término que deseas.
La temperatura del huevo
Lo ideal es que sean a temperatura ambiente. Pero si vives en una zona muy calurosa también puedes usar huevos que conserves en el refrigerador (se tarda un poco más, pero el resultado es igual de bueno).
El tamaño
Procura que el tamaño sea grande (tampoco exageremos, no queremos huevos jumbo) pero si puedes conseguir un tamaño estándar, la cocción será más uniforme.
La olla y la cantidad de agua
Utiliza un olla mediana y no pongas demasiados en una sola tanda o se tardarán demasiado tiempo y las cocciones serán diferentes en cada uno.
En cuanto al agua, trata de que la cantidad rebase apenas por un dedo el nivel de los huevos.
Las temperaturas:
Para un huevo tibio (claras casi cocidas y yema cruda) – 2 minutos
Para un huevo semi-cocido (claras hechas y yemas medio cocidas / aún liquidas) – 4 minutos
Huevo cocido medio (claras y yema completamente cocidas pero aún suaves) 7 minutos
Para huevos duros bien cocidos 10 minutos
Para los huevos revueltos:
Lo mejor para obtener la textura ideal al momento de preparar huevos revueltos, es no dejar que se cocinen por completo en el sartén. Aproximadamente a partir de los 6 minutos, puedes apagar las hornillas y dejar que se siga cociendo solo, sin necesidad del fuego. A esto se le conoce como evitar el efecto carry over cooking, que consiste básicamente en interrumpir la cocción en el fuego para que se llegue a la temperatura ideal, sin quedar sobre cocida o chiclosa.