Ante la versión difundida en las últimas horas sobre la deportación masiva de hondureños a México, por Tijuana, quienes habrían sido rechazados en su solicitud de asilo político, las autoridades federales dieron a conocer que rechazarán la entrega de extranjeros, en apego a las leyes y reglamentos en la materia.

El objetivo es que “en territorio mexicano esperen respuesta a su petición de asilo”. El gobierno estadounidense se dispone a devolver por la frontera noroccidental de México a un primer grupo de centroamericanos que durante los últimos meses del año pasado llegaron particularmente a Tijuana para intentar cruzar hacia territorio estadounidense.

A raíz de eso, el presidente norteamericano Donald Trump afirmó -el 20 de diciembre pasado- que los ciudadanos no mexicanos que ingresaron a su país en busca de asilo, tendrían que esperar en la República Mexicana a que se resuelva su trámite.

Sin embargo, autoridades migratorias mexicanas señalaron que la instrucción precisa que tienen del gobierno federal “es la de no recibir a ninguna persona repatriada de Estados Unidos, que no sea nacional mexicano, o que tenga una estancia legal previa en este país por trámites previos realizados, o por haber estado viviendo aquí”.

Señalaron que “esa instrucción no ha cambiado” y que esta información periodística que circula hoy, sólo la han conocido por eso, porque no se ha informado de manera oficial que se esté considerando algún cambio.

Por lo tanto, refirió que de llegar estos migrantes a los “filtros” del Instituto Nacional de Migración (INM), en las fronteras se aplicarán los procedimientos que ya existen, y que en el caso de extranjeros sin estancia legal, procedería la deportación, según sea el caso.

Al margen de esto señalaron que se mantienen en alerta para cualquier contingencia o emergencia que se pudiese registrar por esta situación.