Un hombre de la tercera edad no traía dinero para pagar su acta de nacimiento y la pagó con tres manojitos de cilantro.
Se supo por reporte de medios que el señor responde al nombre de Amadeo Cabrera, quien al no poder pagar con dinero su partida de nacimiento, pagó con cilantro.
Don Amadeo cosechó el cilantro en su parcela, y fue su moneda de pago a cambio del documento que acredita su nacimiento.
En un acto de amor, el empleado del registro civil aceptó el pago con cilantro, lo que le valió el reconocimiento de muchos.
Se dice que a cambio del cilantro el trabajador del registro habría cubierto con dinero de su bolsa el importe del acta de nacimiento.