La caravana de migrantes centroamericanos que ingresó este fin de semana por Chiapas y se dirige a la frontera norte es vigilada por elementos del Instituto Nacional de Migración y de la Policía Federal para detectar a presuntos integrantes de grupos dedicados al tráfico de personas.

De acuerdo con el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas, pese a que existe la oportunidad de que reporten de manera formal su ingreso a territorio nacional para contar con beneficios, muchos de ellos no lo hicieron, lo que supone que pudiera haber gente ligada a la delincuencia.

Y es que el viernes pasado, luego de que migrantes de esta misma caravana buscaran entrar de forma violenta a las instalaciones del INAMI en Tapachula en demanda de permisos de internamiento, se suspendieron las labores hasta nuevo aviso lo que originó que se agruparan para marchar hacia la frontera norte del país.

Hasta e momento, se estima que la nueva caravana está integrada por unas mil 500 personas, algunos de ellos de origen cubano y por supuesto, salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, aunque también se identificó a personas de Senegal, El Congo y Sierra Leona en África.