Las integrantes de Periodistas Unidas Mexicanas (PUM) quienes con la etiqueta #MeTooPeriodistasMexicanos han generado un espacio de denuncia sobre el acoso y hostigamiento sexual que ocurre en los medios de comunicación, indicaron que las denuncias que difunden son confidenciales por seguridad y están basadas en cruces de información y pruebas.
Luego de que el movimiento #MeToo tomó fuerza en México y generó una serie de cuentas en la red social Twitter donde mujeres llevan una semana exponiendo sus vivencias de acoso, hostigamiento sexual, entre otras violencias perpetradas por periodistas, escritores, músicos y activistas, el movimiento ha sido desacreditado porque la mayoría de las denuncias son confidenciales.
Al respecto las integrantes de la colectiva PUM se pronunciaron en un comunicado señalando que las denuncias que difunden en su cuenta de Twitter @PeriodistasPUM son confidenciales, más no anónimas, pues conocen las identidades de quienes decidieron hacer público su caso. Con varias de las víctimas tuvieron una comunicación directa y hubo un cruce de información y pruebas, afirmaron.
“Este proceso se ha llevado a cabo con todas las denuncias que hemos recibido directamente a nuestras cuentas oficiales de @PeriodistasPUM o a nuestro correo electrónico”, resaltaron las integrantes de la colectiva; y con el fin de contribuir a la transparencia y legitimidad del movimiento #MeToo hicieron un balance de las denuncias que han recibido y difundido.
Hasta este 1 de abril de 2019 las integrantes de PUM han recibido 312 denuncias por medio de Twitter, Facebook y Gmail. De esas denuncias 242 fueron difundidas en las redes sociales, en 70 casos decidieron no publicarlas porque no cumplieron con los lineamientos que estableció la Colectiva, al describir temas de acoso laboral sin intenciones sexuales, no se enmarcaban en un espacio de trabajo o provenían de cuentas no verificables.
De estas denuncias 192 personas, entre reporteros, editores, fotógrafos, locutores, columnistas, subdirectores, directores o profesores de escuelas de periodismo, fueron acusados de acoso, hostigamiento o algún tipo de agresión sexual en el ámbito laboral.
Aunque muchas de las denuncias públicas por las PUM constituyen actos ilegales que ameritan ser investigados, tanto por las empresas periodísticas implicada como por las autoridades del Estado encargadas de impartir justicia, sólo la Fiscalía del estado de Michoacán informó el pasado 27 de marzo haber iniciado una carpeta de investigación contra cuatro periodistas denunciados por la cuenta de @PeriodistasPUM.
Para las periodistas que han conformado este colectivo “la omisión de las autoridades y las empresas periodísticas ha contribuido a un ambiente de incertidumbre y hostilidad para las denunciantes” indicaron en el comunicado.
Esto, indicaron, porque las mujeres que se atreven a denunciar saben que serán identificadas por su agresor, así varias han sido cuestionadas sobre sus denuncias en sus espacios de trabajo o escuelas, y vivieron un proceso de revictimización. Hechos que las integrantes de PUM condenaron energéticamente y ofrecieron el apoyo y alternativas de asesoría legal a quienes padezcan estos procesos por romper el silencio.
Las Periodistas Unidas también volvieron a exhortar a los medios de comunicación con algún trabajador denunciado a definir una postura al respecto y llevar a cabo investigaciones correspondientes sin revictimizar a la denunciante. Hasta ahora los únicos medios que han dado a conocer acciones al respecto son Chilango, Máspormás, Periodistas de A Pie, Cimacnoticias, Plumas Atómicas y Reforma.
En comparación, las empresas periodísticas con mayor número de denuncias contra sus colaboradores son La Jornada, Milenio, El Informador de Guadalajara, El Universal, Cuartoscuro, El Economista, Grupo Expansión, Reforma, Escuela de Periodismo Carlos Septién, ESPN, Excélsior y Grupo Imagen, de acuerdo con la información de las PUM.
Del seguimiento que han hecho las Periodistas Unidas a los casos que difunden en redes sociales, indicaron que se presentaron 5 denuncias en el área de recursos humanos de sus empresas, pero en ningún caso se tomaron medidas de protección ni actuaron contra el agresor.
En 16 casos las denuncias fueron presentadas ante un jefe o directivo de la empresa donde laboran, en todos los casos, se minimizaron las denuncias o les pidieron que no procedieran ante instancias oficiales; 5 más fueron interpuestas ante autoridades o directivos de escuelas de periodismo, todas se atendieron pero les dijeron que no se podía proceder o simplemente no realizaron ninguna acción.
Se presentaron 7 denuncias ante Ministerios Públicos o autoridades laborales, sólo en un caso se emitió una orden de restricción, en otros casos –sin precisar el número- las autoridades dijeron que no procedía la denuncia porque no había forma de comprobar la agresión, y en un caso sigue abierta la investigación.
Ante la falta de respuesta para quienes buscaron las vías formales para denuncias el acoso y hostigamiento sexual la Colectiva llamó finalmente a las autoridades competentes a investigar y garantizar el acceso a la justicia, verdad y reparación, a fin de prevenir la incertidumbre y posibles represalias contra cualquiera de las partes involucradas.