En la isla de Luzón, Filipinas, un equipo de investigadores internacionales informaron del hallazgo de restos fósiles de una especie humana hasta ahora desconocida, la cual fue bautizada como Homo luzonensis.
Se estima que el nuevo miembro de nuestro propio género vivió hace al menos 67.000 años en la isla de Luzón, cuando en el mundo ya existían los neandertales, sus misteriosos primos denisovanos, el diminuto hombre de la isla de Flores y los sapiens, nuestra especie y la única que sigue con vida en el planeta.
Las características físicas de esta nueva especie resultan de una mezcla de rasgos de ancestros humanos muy antiguos y de humanos más recientes, lo que puede significar que grupos de humanos primitivos abandonaron África y llegaron hasta el sudeste asiático, algo que antes no se consideraba posible.
Se informó que los investigadores desenterraron en la cueva de Callao siete dientes, dos huesos de la mano, tres del pie y un fémur que pertenecen al menos a dos adultos y un niño. Todos son pequeños, por lo que es posible que sus dueños apenas superan el metro de altura, aún más bajitos que el Homo floresiensis y menos robustos.
El hallazgo obligará a cambiar los libros de historia, pues la lista de miembros del género Homo que habitaban la Tierra en este periodo pasa de los cinco conocidos (neandertales, denisovanos, hobbits de Flores, erectus y sapiens), a seis, con el reciente hallazgo.