Aunque públicamente lo niegan, representantes de las partes en conflicto en Venezuela han tenido acercamientos con autoridades mexicanas para lograr que nuestro país se convierta en la sede de las pláticas de paz.
No sólo eso, uno de los grupos que impulsa esa iniciativa también redacta un documento para proponer al presidente Andrés Manuel López Obrador como candidato al Premio Nobel de la Paz.
Para estos venezolanos, la postura del mandatario mexicano, de no intervenir en el conflicto de su país, le ha hecho ganar simpatías entre los habitantes de la República Bolivariana y el resto del mundo.
A pesar de las críticas que en su momento recibió por no sumarse a iniciativas como la del Grupo de Lima, para desconocer a Maduro, el “prestigio” de nuestro país creció y los venezolanos, me dijo uno de ellos, saben ser agradecidos. Ésa es la razón por la que creen que AMLO es un “digno” candidato al máximo reconocimiento internacional que se entrega a los promotores de la paz en el mundo. Hasta el momento, sólo dos presidentes latinoamericanos lo han recibido: el colombiano Juan Manuel Santos, en 2016, por sus acciones para poner fin al conflicto con la guerrilla de las FARC. Y el costarricense Óscar Arias, en 1987, por su trabajo para lograr la pacificación de Centroamérica.
En nuestro país sólo un mexicano ha recibido ese galardón: el excanciller Alfonso García Robles, en 1982, por contribuir con la iniciativa del Tratado de Tlatelolco para que Latinoamérica fuera una región libre de armas nucleares.
Otros dos compatriotas han recibido un Nobel en otras disciplinas: Octavio Paz el de Literatura, en 1990, y Mario Molina, el de Química, en 1995.
Por lo que hace a la nominación de AMLO, uno de los promotores me comentó que ya tienen listo el documento con la exposición de motivos y lo darán a conocer en cuanto inicien formalmente las conversaciones de paz por Venezuela en México.
Como lo publiqué el pasado 12 de abril, representantes de Maduro y Juan Guaidó han viajado a nuestro país para establecer los términos y condiciones de esas pláticas. Y, de llegar a un acuerdo, se desarrollarían en el Jardín Botánico Cosmovitral de Toluca, en el Estado de México.
Las fuentes consultadas me dicen que todo sigue avanzando, aunque lo nieguen públicamente, como lo hizo Reinaldo Díaz, asesor de Guaidó, quien después de lo publicado en este espacio, declaró al periódico Reforma que no hay condiciones para tener un diálogo entre la oposición y el gobierno de Maduro.
Lo único real es que un grupo de venezolanos sigue construyendo puentes con autoridades mexicanas para sentarse a platicar y bajo el brazo traen la propuesta del Nobel de la Paz para López Obrador.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “No conoce la dulzura de la paz quien no ha probado la amargura de la guerra”.
Por ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
@ALFREDOLEZ