El Partido de la Revolución Democrática llegó a sus 30 años de existencia, atrás quedaron las grandes concentraciones de su militancia para mostrar el músculo del que fuera el partido más grande la izquierda mexicana.
El lugar de la fiesta del sol azteca fue un salón de un hotel sobre Paseo de la Reforma, en donde únicamente se congregaron cientos de militantes, dejando en claro que el instituto político que congregó a todas las agrupaciones de izquierda en 1989 dejó de ser un referente social y de masas.
Al festejo llegaron algunos líderes de las principales corrientes del partido amarillo, Carlos Navarrete, integran de Los Chuchos y ex presidente del PRD, Fernando Belaunzarán, integrante de Los Galilieos, Ángel Ávila, secretario nacional del partido, también estuvo presente el senador Omar Maceda, quien es el legislador suplente de Juan Zepeda y el gobernador michoacano Silvano Aureoles.
Diversos integrantes del sol azteca hicieron uso de la palabra, la mayoría coincidió que el PRD debe ser una oposición al gobierno de López Obrador, pues los del sol azteca consideraron que hay un peligro “latente de autoritarismo”.
Pese a que los líderes amarillos hablaron con optimismo sobre el futuro del partido haciendo referencia a que deben ser “una izquierda real, una izquierda que evite los sacrificios de las libertades”, tal y como lo dijo Fernando Belaunzarán el mensaje no prendió a la audiencia
No obstante, los todavía perredistas manifestaban que ante la regresión autoritaria, “estamos convencidos de la urgencia de fortalecer la democracia. Aquí nos encontramos quienes creemos en el valor de nuestras causas para apuntalar la democracia y reconstruir lo que destruyeron quienes se aprovecharon del PRD y luego lo abandonaron”, en clara alusión a Morena y al gobierno de la 4T.