El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, cuestionó si la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México logrará profundizar la democracia o hacer prosperar al populismo que, dijo, “puede arruinar a este país”.
“Significa la elección del señor López Obrador que la democracia mexicana va a seguir profundizándose o significa un retroceso. O significa que el populismo ha echado raíces en México y puede prosperar con este gobierno, y arruinar a este país como han arruinado los populismos a todos los países en los que ha hecho presa”, dijo.
Al dictar la primera ponencia magistral del foro “Desafíos a la Libertad en el siglo XXI”, organizada por a Fundación Internacional para la Libertad, que preside, y la Universidad de Guadalajara, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el autor consideró que México es un país “demasiado importante” para el continente y lo que ocurra aquí debe preocupar al resto de los países puesto que sus efectos repercuten en ellos.
“México es un país demasiado importante para que sólo preocupe a los mexicanos, es el primer país hispanohablante del mundo, es uno de los más grandes de América Latina y lo que ocurre aquí repercute inevitablemente en el resto del continente”.
La suya fue la primera ponencia que durante la jornada de hoy reúne a 16 intelectuales para discutir los desafíos de la libertad en el continente. Vargas Llosa consideró que Venezuela se “ha autodestruido” con el régimen chavista, “porque el pueblo venezolano pensó, a pesar de todas las lecciones de la historia, que un hombre fuerte podía resolver los problemas más rápidamente que las defectuosas democracias y los mediocres gobiernos democráticos que hemos tenido”, comentó.
Lamentó la postura neutral que ha asumido el gobierno mexicano, quien era integrante del grupo Lima, y que había actuado “de una manera tan solidaria”.
“Nos ha apenado que México, que era un país integrante del grupo de Lima y que había actuado de manera tan solidaria, haya optado con el nuevo gobierno por una posición neutral como si se pudiera ser neutral frente a la peste bubónica y hay que combatirla como lo está haciendo la OEA (Organización de Estados Americanos), con las armas de la democracia”, señaló.
Consideró que ningún país en América Latina ha logrado salir del “subdesarrollo atroz” y que el único que ha avanzado es Chile, cuyas políticas económicas se definieron durante la dictadura de Augusto Pinochet y fueron consolidadas por los subsiguientes gobiernos.
Consideró que existen democracias “nacidas de elecciones más o menos limpias pero en muchos casos corruptas”, lo que representa un riesgo puesto que la corrupción produce un desencanto “extraordinario en aquellos a quienes las democracias deberían proteger y ayudarlos a prosperar, sobretodo garantizando las libertades”.
Aún así, consideró, “es preferible una democracia corrompida que una dictadura”, puesto que en el segundo sistema de gobierno, la censura impide darla a conocer.