“Saybie”, una niña nacida a las 23 semanas y tres días de gestación pesando apenas 245 gramos, ha sido dada de alta del hospital Sharp Mary Birch de San Diego (California) donde en diciembre se convirtió en la sobreviviente más pequeña de nacimiento prematuro.
Cuando “Saybie” -el nombre que le dieron las enfermeras- abandonó la unidad de cuidados intensivos del hospital después de haber nacido con el tamaño de una manzana, pesaba ya 2,5 kilogramos, indicaron fuentes del hospital.
La niña nació por cesárea después que su madre sufrió de preeclampsia, un síndrome específico del embarazo que consiste en la presencia de hipertensión arterial, y altos niveles de proteína en la orina después de la vigésima semana de gestación.
El Registro de los bebés más pequeños, que está a cargo de la Universidad de Iowa, indica que “Saybie” podría ser la niña más pequeña del mundo que haya sobrevivido prematura.
El récord anterior para niñas lo tenía una bebé en Alemania que pesó 252 gramos al nacer prematura, y en el caso de varones el récord va para un niño nacido en Japón con 268 gramos.
El neonatólogo Paul Wozniak, del hospital Sharp Mary Birch, dijo al diario San Diego Union-Tribune, que el primer problema con los bebés tan pequeños al nacer es lograr que lleguen a respirar.
“Con los pulmones todavía no plenamente desarrollados los bebés necesitan ayuda para respirar y por ello es esencial la inserción de un tubo extremadamente pequeño, pero un procedimiento tan delicado requiere un par de manos con mucha precisión para introducir el tubo por las vías respiratorias”, dijo Wozniak.
A veces la intubación falla y eso contribuye a la elevada tasa de mortalidad entre los bebés nacidos demasiado temprano -entre 30 y 50 por ciento de los nacimientos- pero, en el caso de “Saybie”, el tubo entró en el primer intento, relató el médico.
Con el tubo en su lugar fue posible la administración de un compuesto químico que impide que los alvéolos apretados en los pulmones del bebé se adhieran unos a otros. Esto contribuye a reducir el estrés respiratorio en los bebés nacidos antes de las 28 semanas de gestación.
Los bebés prematuros son asimismo más propensos a adquirir infecciones porque han pasado menos tiempo conectados al flujo sanguíneo de las madres que los bebés nacidos a término, y eso les priva de recibir los anticuerpos que residen en la sangre materna.
Pero “Saybie” ha superado todos esos retos.
“Aquí hemos tenido algunos de estos bebés prematuros por nueve meses, o hasta un año antes de que puedan irse a casa”, comentó Wozniak.
“Para mí es notable que ‘Saybie’ haya ido a su casa sin necesidad de oxígeno como ocurre con casi todos los bebés tan pequeños, y sin un tubo para alimentación”, agregó.