Ante el reciente inicio de la temporada de lluvias y ciclones tropicales de 2019, que acorde con pronósticos oficiales irá de mayo a noviembre, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha implementado en los museos, zonas arqueológicas y sitios patrimoniales bajo su resguardo, el Programa de Prevención de Desastres en materia de Patrimonio Cultural (PrevINAH).
Esta iniciativa, impulsada por la Coordinación Nacional de Centros INAH, integra al menos a 60 expertos: entre los titulares de las 31 representaciones del instituto en el país y los 31 responsables en cada estado del PrevINAH —que a su vez dialogan con los jefes de seguridad y el personal capacitado de los diversos sitios—, para el intercambio de información y la toma de medidas preventivas de cara a fenómenos meteorológicos o naturales que puedan representar amenazas para el patrimonio cultural.
El antropólogo Joel Omar Vázquez Herrera, coordinador nacional de Centros INAH, apuntó que diariamente, el PrevINAH recopila y difunde entre el personal que lo integra los informes emitidos por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) de la Secretaría de Gobernación, y por Protección Civil a nivel federal, estatal y municipal.
La finalidad es ejecutar acciones preventivas como limpieza e impermeabilización de superficies que lo requieran, protección de áreas en procesos de excavación, resguardo de colecciones; o entre otras, el mantenimiento de registros para facilitar el flujo del agua pluvial. Esta labor, ejemplificó, requiere también de arqueólogos, arquitectos y otros especialistas, ya que muchos recintos o zonas arqueológicas conservan los drenes con que fueron habilitados en tiempos virreinales e incluso prehispánicos.
Apuntó que en el marco de la temporada de lluvias y ciclones tropicales 2019 —que contempla el impacto de 33 fenómenos hidrometeorológicos: 19 en el océano Pacífico y 14 en el Atlántico; con nueve que se pronostican como huracanes de categorías 3, 4 y 5—, el INAH se encuentra preparado para realizar acciones no únicamente en los estados costeros, ya que a menudo tales sistemas también tienen efectos al interior del país.
Otra prioridad actual del PrevINAH es la vinculada con contingencias volcánicas, para lo cual se mantiene estrecha vigilancia del Semáforo de Alerta Volcánica del Cenapred, así como de los informes de la academia, los Centros INAH y otras instancias.
Joel Omar Vázquez explicó que a nivel nacional existen territorios como Oaxaca, que además de su naturaleza sísmica pueden atravesar por una emergencia de tormenta tropical, o la propia Ciudad de México, expuesta a movimientos telúricos, a la actividad volcánica del Popocatépetl o incendios forestales como los ocurridos en fechas recientes, los cuales, añadió, no representaron riesgo al patrimonio cultural de la región.
“El PrevINAH tiene como primera orden salvaguardar las vidas humanas de quienes laboran en los sitios o los visitan, pero también, en apego al mandato legal del INAH, busca anticipar, y en su caso minimizar, los efectos de los fenómenos naturales sobre el patrimonio cultural que es un legado de todos los mexicanos”.
Recordó la experiencia del Museo Arqueológico de Puerto Vallarta “Cuale”, en Jalisco, donde ante el inminente impacto del huracán “Patricia”, en 2015, se tomó la decisión de trasladar y resguardar con anticipación la colección arqueológica del recinto en el Museo Regional de Guadalajara.
El coordinador nacional de Centros INAH aseveró que desde su instauración en 2002, como parte de las lecciones que en el instituto dejó el sismo de 1999, cuyo epicentro fue Tehuacán, Puebla, el PrevINAH ha mantenido una curva ascendente de aprendizaje.
Producto de lo anterior, concluyó, los 31 Centros INAH, además de la oficina central del programa en la Ciudad de México, tienen la capacidad necesaria para movilizar a los especialistas requeridos ante cualquiera de los fenómenos naturales citados. Al mismo tiempo, ahondó, mantiene cercanía con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y con órganos como las comisiones nacionales Forestal y de Áreas Naturales Protegidas, “lo cual habla de la existencia de una visión preventiva tanto en lo referente al patrimonio cultural de México, como al natural”.