El 25 de mayo de 2019, tres días antes de que se detuviera a Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México, Emilio Lozoya consiguió un amparo para no ser detenido, pues un juez había ya girado una orden de aprehensión en su contra. Emilio Lozoya, para que ese amparo se cumpliera cabalmente, debía presentarse a una audiencia de imputación donde, por cierto, de tener pruebas suficientes se le podría haber vinculado a proceso. Ante esa situación Lozoya prefirió no ir ni siquiera pagar los 500 mil pesos de garantía.
El Consejo de la Judicatura reportó al respecto: “el quejoso no compareció al órgano a su digno cargo a fin de ponerse a su disposición para continuar con el procedimiento penal correspondiente, lo cual fue uno de los postulados impuestos por este juzgado federal a fin de que surtiera efectos la suspensión definitiva”. Es por ello que quedó sin efecto la suspensión definitiva que mediante este amparo había conseguido.
Por lo mismo, Emilio Lozoya puede ser detenido en el momento que se le encuentre. Emilio Lozoya es buscando para que responda por los delitos de lavado de dinero, derivado de la compra de la planta Agro Nitrogenados, realizada por Pemex. Claro, una vez en prisión al señor le podrían imputar cargos por los sobornos recibidos por la empresa brasileña Odebrecht.