El PRI analiza cambiarle el nombre y colores al partido, para generar confianza

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Los priistas piensan que cambiarle de nombre a su partido y los colores, los mexicanos se olvidarían de la corrupción que genero el tricolor, y que habría la esperanzas de que nuevamente se ganen la confianza de los ciudadanos, aunque algunos usuarios en redes sociales están de acuerdo en algo, en que si sería buena idea quitarle los colores, porque lleva los de la bandera de México, y ese partido no tiene ese honor de llevar esos colores por su tremendas robaderas que le han hecho a la nación.

En medio de la renuncia de la excandidata a dirigir al PRI, Ivonne Ortega, el senador por Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín, abrió la posibilidad de que el partido tricolor pueda cambiar de nombre y de colores, ya que –dijo- el partido tiene severos problemas y la elección interna que ganó Alejandro Moreno fue “como poner a un enfermo de terapia intensiva en una caminadora”.

Tras revisar con el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, el tema de la energía eléctrica en Yucatán, por los apagones, el senador priista fue cuestionado en entrevista que si incluso el PRI deberá cambiar de nombre y colores.

“¿Por qué no?, yo creo que el PRI tiene que hacerse esas preguntas. Eso era lo urgente y no la elección de dirigente, pero bueno decidimos hacerla todos juntos porque era incluso una exigencia de algunos de los que compitieron, habíamos otros que decíamos ‘lleguemos a acuerdos, determinemos por lo menos una dirigencia de transición’”, explicó.

Criticó que la elección interna de la dirigencia nacional se hizo en un momento en que el partido no tiene dinero, con un padrón en revisión, un partido conflictuado en los estados, estados en los que casi desaparecieron.

“Eso fue lo que hicimos, bueno el resultado era previsible y ahora tendremos que trabajar el doble y echarle muchas ganas”, indicó.

Sobre la renuncia de Ivonne Ortega, excandidata a la dirigencia del PRI, a las filas priistas, Ramírez Marín afirmó que todos los candidatos a presidentes del partido sabían cuáles eran las condiciones de la elección, “nadie puede llamarse sorprendido, ni robado. Sin embargo, reiteró que la contienda se hizo con un padrón inconsistente y en un momento en el que el partido lo que buscaba era más consensos, que disensos.

“No puedo juzgar las razones de ella (Ivonne Ortega), las respeto, creo que no, no debilita al PRI. En estos momentos que va a vivir el empuje de una dirigencia que, como sea, es con muchísimos errores que se advirtieron desde que se lanzó la convocatoria, los riesgos en el padrón, cómo se estaba manejando el padrón en algunos estados y todo eso estuvo en la mesa igual para todos”, expuso.

Aclaró que Alejandro Moreno recibe a un PRI que tiene severos problemas y tiene la tarea de cambiarlo con toda la militancia.

Y afirmó que Moreno no se convertirá en aliado del gobierno federal, “en un aliado ultranza, entre otras cosas porque el gobierno no necesita esas alianzas”.

Con información de El Universal

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