Las “nuevas prioridades políticas” planteadas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador aumentaron la presión a las finanzas públicas, sostuvo el Fondo Monetario Internacional (FMI). La “principal acción de las autoridades”, consideró, debe ser aumentar los ingresos fiscales.
Para lograrlo, recomendó aplicar el impuesto al valor agregado (IVA) a los alimentos –hoy exentos. También, “abolir” la política de precios de las gasolinas porque, a juicio del organismo, utilizar mecanismos fiscales para que no aumente más que la inflación, como ocurre ahora, “beneficia desproporcionadamente a los ricos”.
El FMI publicó ayer el resultado de la primer evaluación que hace de la economía mexicana en el gobierno de López Obrador. Es una práctica que rige para todos los países miembros del organismo, al amparo del artículo IV del convenio constitutivo del fondo, y que se realiza anualmente.
Para el FMI el compromiso de las autoridades con la prudencia fiscal es fuerte y la política monetaria, a cargo del Banco de México, ha logrado llevar la inflación al objetivo de 3 por ciento. Pero el crecimiento ha disminuido “drásticamente” y “las presiones fiscales están aumentando”. De hecho, para este año redujo de 0.9 a 0.4 por ciento el pronóstico de crecimiento.
El hueco
El FMI destacó en su evaluación que los programas gubernamentales aumentaron la presión sobre el gasto, a la vez que el gobierno ha reiterado que propondrá cambios fiscales hasta la segunda mitad de la administración. Consideró necesarias medidas adicionales para cumplir con los objetivos fiscales de reducción de la deuda y el déficit, y al mismo tiempo financiar el gasto.
Las previsiones presupuestarias del gobierno, consideró, “se basan en supuestos optimistas para el crecimiento del producto interno bruto (PIB), producción de petróleo e ingresos fiscales.
“La principal prioridad de las autoridades debería ser aumentar los ingresos fiscales no petroleros y hacer al sistema tributario más progresivo”, es decir, que grave en mayor proporción al estrato de ingresos altos. El fondo “insta a las autoridades a llevar a cabo una revisión exhaustiva del sistema tributario con miras a presentar planes para racionalizar los gastos y ampliar la base impositiva”.
Las propuestas
Sugiere gravar con IVA de 16 por ciento los alimentos, con beneficios específicos para la población pobre, como una tasa inicialmente reducida que “podría suavizar la transición” a la tasa de 16 por ciento.
En cuanto el impuesto a las ganancias de las empresas y al ingreso de las personas, propuso “racionalizar” algunas de las deducciones existentes o que benefician a los estratos de mayor ingreso y ampliar el límite máximo del impuesto sobre la renta (ISR), ahora en 32 por ciento.
El FMI cuestiona la efectividad de la actual política de precios de gasolina, defendida por el presidente López Obrador y que recurre a mover el impuesto especial sobre producción y servicios para evitar variaciones abruptas. “Garantizar el crecimiento del precio al público del combustible por debajo de la inflación con reducciones de la tasa de impuestos especiales beneficia desproporcionadamente a los ricos y debe abolirse”, según el FMI.
También recomienda una reforma a los impuestos a la propiedad y registro de vehículos –uno de ellos es la tenencia– para reducir las transferencias del gobierno central a los estados y municipios.
Mencionó que la reducción del IVA y el ISR en la frontera norte, ordenada por el Presidente a principios de este año, “crea distorsiones y probablemente erosiona la base impositiva y, por tanto, debe abolirse de inmediato o al menos no extenderse” después de 2020.