“Buenas tardes, escribo para contarles mi opinión respecto a una situación que me parece relevante. Soy médico general, recientemente egresado de la Universidad de Sonora y, al igual que muchos de mis compañeros me encuentro trabajando en varios consultorios incorporados a farmacias, ya que no es tan sencillo entrar a trabajar a una institución de salud o empresa como médico general y lamentablemente, también como muchos de mis compañeros, tampoco pude ingresar a una especialidad este año.
Hace un momento recibí un paciente pediátrico que solo tenía varicela, por lo cual indiqué solamente reposo en casa, paracetamol en caso de fiebre y antihistamínico vía oral, enseguida atendí un niño con un cuadro de gastroenteritis, al cual sólo le indiqué suero oral y metronidazol vía oral, mi tercer paciente fue una persona que tenía una rebaba de metal en el ojo, estaba incrustada en la cornea, por lo que directamente le indiqué acudir al servicio de urgencias de un hospital de tercer nivel.
Después de ver a mi tercer paciente fui por guantes a la farmacia y me llamó una persona que aparentemente es el encargado o dueño de la misma y me dice lo siguiente:
«A ver doctor venga, necesitamos que vea los medicamentos que hay disponibles, hay mucho y no está saliendo, esto es un negocio y tiene que salir más, no nos conviene que esté sacando recetas de 20 pesos, necesitamos que sean de 140 o 160 para arriba, los otros médicos que vienen así lo hacen porque ya saben, a lo mejor usted está acostumbrado a lo que hay en el seguro, pero aquí hay más, así que por favor más llenitas las recetas».
Me limité a no contestarle, tomar los guantes y regresar al consultorio. Les escribo esto porque considero que esta situación es bastante preocupante, no podemos permitir que la medicina se convierta en un negocio mal habido, estoy seguro de que nadie quiere que le hagan gastar 200 o 300 pesos en algo que no necesita, con esto solo estamos perjudicando nuestra reputación, además del bolsillo y la salud de la población, por favor los invito a no ser cómplices de esta situación, compañeros médicos, no le vendan su alma a las farmacias, no olviden por qué llegaron hasta donde están, para ayudar a las personas, no para robarles unos cuantos pesos, no convirtamos a la medicina en eso por favor.
Por mi parte no volveré a trabajar en esta farmacia ni en ninguna en la que me hagan algún comentario por el estilo, los invito a que hagan lo mismo, colegas y compañeros, no trabajen así, no alimenten ese monstruo de negocio que malbarata nuestro trabajo y perjudica la salud pública disfrazado de Robin Hood.
Amigos, conocidos, familiares y cualquier otra persona que lea esto y no sea médico, no vayan a atenderse en farmacias, créanme, vale más la pena pagarle un poco más a un médico que trabaje sólo y les dé solamente lo que necesitan.
Espero este mensaje se difunda, espero lo compartan y entre todos pongamos nuestro granito de arena para cambiar esta lamentable situación, gracias por tomarse el tiempo de leerlo, buena tarde”.