Ante la emergencia sanitaria producida por la enfermedad Covid-19, investigadores y autoridades internacionales luchan para determinar qué vacunas funcionan realmente, para así, acelerar el proceso para la creación de una cura contra el SARS-CoV-2.
El Ensayo de Vacuna Solidaria propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) será de “diseño adaptativo”, esto quiere decir que permitirá que a lo largo de su duración se integren nuevas vacunas, mientras que las que no den señales de efectividad, serán suspendidas de la prueba. Los participantes tendrán la posibilidad de inscribirse de manera continua.
El estudio abarcará la observación de una variedad de vacunas que se encuentran en etapa de desarrollo, a menos de cinco meses de haber sido detectado el primer caso de coronavirus en Wuhan, China y que actualmente se ha propagado alrededor del mundo.
Una reciente publicación en “Nature” expuso que la OMS estableció un panel de expertos que identifiquen qué vacunas deben estudiarse con prioridad. Entre estos criterios se tomará en cuenta la capacidad de producción y la respuesta inmune que genere en los primeros ensayos en animales y humanos.
La propuesta del organismo internacional permetirá comparar directamente el rendimiento de diferentes vacunas, a lo que Marie-Paule Kieny, del Instituto Nacional de Investigación Médica y Salud de París, consideró que algunos desarrolladores pueden no estar dispuestos a aceptar esta confrontación porque podría perjudicar las perspectivas comerciales de algunas vacunas.
Otro de los desafíos será obtener el permiso, por parte de los reguladores, para implementar la vacuna bajo las reglas de “uso de emergencia” en grupos de alto riesgo, como los trabajadores de la salud, quienes tienen más probabilidades de estar infectados con el coronavirus.
Katherine O’Brien integrante de la OMS explicó que nunca se ha implementado ninguna vacuna en el escenario de uso de emergencia: “Si las vacunas de coronavirus siguen ese camino, los reguladores buscarán una garantía adicional de que sea una vacuna segura”, agregó.
Por otra parte, Mark Fienberg, presidente de la Iniciativa Internacional de Vacuna contra el SIDA mencionó que “se va a requerir un nivel de coordinación que nunca ha sucedido antes, y un marco de tiempo que nunca se ha imaginado”, pues generar una vacuna implica suministrarla “a miles o decenas de miles de personas y ver, durante meses o incluso años, la cantidad de personas que se infectan a lo largo de su vida y si presentan problemas”.