La preocupación por el manejo de los recursos y el impacto de los contaminantes humanos en el medio ambiente ha ido en aumento año tras año y la comunidad científica ha dedicado mucho tiempo a mejorar la manera de hacer las cosas con ideas sustentables y útiles para la industria.

Con esto en mente y un espíritu innovador una joven mexicana de nombre Giselle Mendoza creó un bioplástico con base en cáscaras de naranja y bagazo o pulpa, lo que lo hace 100% biodegradable y con una descomposición de 90 días.

La estudiante del Instituto Tecnológico de Monterrey afirmó que las proyecciones de los contaminantes específicamente en el mar la llevaron a crear este material y destacó la ventaja de que México sea el quinto productor más grande de naranjas en el mundo.

Giselle afirmó que al lograr importantes alianzas con productores de dicha fruta ha conseguido que el coste de la materia prima sea casi nulo y la producción de toneladas de este plástico es muy bajo, lo que podría volverlo atractivo para grandes envasadoras que se están alineando a los estándares ecológicos actuales.