Se emborrachaba dentro de la Fiscalía. Tomaba a tal grado que olvidaba sus botellas de tequila y refresco sobre el escritorio, mientras se quedaba dormido en las sillas, los sillones…. Aun así, durante algún tiempo lo nombraron encargado de la Fiscalía Central de Homicidios de la Ciudad de México.

Se trata de Ricardo Díaz Estrada, quien actualmente es el Responsable de Agencia en esa misma Fiscalía y está acusado por cinco mujeres que laboran con él, por abuso y acoso sexual.

A pesar de las denuncias en su contra, la Fiscalía para Delitos Sexuales de la Ciudad no ha tratado el caso con perspectiva de género.

Incluso ha acosado a las víctimas de tal forma que les ha preguntado cuántas parejas sexuales han tenido en su vida, según denuncia la abogada que las apoya.

De acuerdo con la acusación, las cinco víctimas de Díaz Estrada eran sus subordinadas. Son dos funcionarias y tres pasantes.

Según la denuncia presentada, las agredió dentro de las propias instalaciones de la Fiscalía en la que se embriagaba.

Por este motivo, en agosto pasado se giró una orden de aprehensión en su contra. La libró el Juez de Control del Sistema Penal Acusatorio, Roberto Enrique Castellanos del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX.

Sin embargo, de alguna forma, Díaz Estrada se enteró que iban a detenerlo y dejó de presentarse a trabajar.

Revela que aún con el mandamiento judicial en su contra, el funcionario acudió en distintas ocasiones a oficinas del ISSSTE para tramitar incapacidades que justificaran sus ausencias al trabajo.

Las incapacidades fueron entregadas y aceptadas en las oficinas de la FGJ.

Aunado a ello, en los últimos días aprovechó para tramitar un amparo contra su detención. Por ahora cuenta con una suspensión provisional, pero si no se presenta este miércoles ante el juez, podría activarse la orden en su contra.

De acuerdo con el expediente CI-FIDS/FDS-6/UI-FDS-6-02/00653/08-20220 el mando de la Fiscalía hacía tocamientos en partes íntimas a las funcionarias.

Lo hacía frente a otros empleados y les exigía sostener relaciones sexuales bajo la amenaza de cambiarlas a otras áreas lejanas de su domicilio, despedirlas o inventarles acusaciones ante la Fiscalía de Servidores Públicos.

“El 8 de febrero Ricardo comenzó a ingerir alcohol desde las 22:00 horas en la oficina y llamaba a diferentes compañeros incluyéndome para escuchar su plática y siendo aproximadamente las 04:00 colocó su mano derecha sobre mi muslo al mismo tiempo que decía: quiero tocar tus chichis”, declaró una de las víctimas en la carpeta de investigación.

Con información de .c4noticiasmx.com