Ese es el caso del exsecretario de Hacienda del sexenio peñista, Luis Videgaray, quien es uno de los principales imputados por Lozoya y también de los que más atentos están a lo que suceda con las indagatorias de la FGR.
De algo debió enterarse Videgaray, a través de sus abogados, que fuentes muy cercanas aseguran que el que fuera el hombre fuerte de Peña Nieto ha decidido dejar su actual trabajo en el MIT, como director del Proyecto Mundial sobre Políticas de Inteligencia Artificial, para buscar refugio y residencia en Israel, país donde intentaría protegerse de un posible extradición a México por lo complicado y exigente del Tratado de Extradición entre ambos países.
A pesar de que Videgaray acababa de recibir en septiembre el respaldo total de los directivos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, que le dieron su apoyo para que permaneciera en la institución, luego de la petición de un grupo de alumnos que exigían que se le diera de baja de la plantilla académica de la institución por los presuntos actos de corrupción que cometió como servidor público, el excanciller mexicano parece haber optado por buscar la protección ante una eventual orden de aprehensión por parte de la FGR y para ello eligió Israel, el mismo país a donde huyó el exdirector de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón, sobre quien pesa ya una solicitud de extradición del gobierno mexicano a Tel Aviv.
Con información de Salvador García Soto