Diputado panista ”contrabandeó” medicamento de EU para su prima con COVID

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El presidente de la Segunda Comisión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el panista Miguel Alonso Riggs, reveló que su desesperación por sacar adelante a una de sus primas enferma de Covid, y quien se debatía entre la vida y la muerte, “contrabandeo” de Estados Unidos cinco ampolletas del medicamento antiviral Remdesivir para salvarle la vida.

La tarde de este martes, este órgano legislativo debatía un punto de acuerdo presentado por la senadora panista, Lilly Téllez, que buscaba que el Congreso de la Unión exhortara a la Secretaría de Salud y a la Cofepris, para que otorgue la autorización del uso de Remdesivir en el tratamiento contra la enfermedad generada por el virus SARS-CoV2 (Covid-19) en México.

Sin embargo, distintos diputados y senadores de la Cuarta Transformación se opusieron argumentando que ellos no cuentan con las bases científicas necesarias para avalar este exhorto debido a que se necesitan elementos técnicos para hacer este tipo de exhortos.

Por lo que el panista, originario de Chihuahua, hizo uso de la palabra y les compartió su experiencia con este virus, y recordó que a mediados del mes de septiembre su primo, Eduardo Baeza Mares, de 44 años de edad, contrajo este virus, y describió que no fumaba y solamente era bebedor social, y trabaja en corrales ganaderos, por lo cual no tiene contacto con muchas personas.

Y describió que al contraer Covid empezó a oxigenar bajo, más bajo, y al llegar al hospital no encontraron la manera de levantarle la oxigenación de la sangre. Y su padre, tuvo la oportunidad de adquirir este medicamento y se lo aplicaron y logró salir adelante, “él no estaba todavía en la línea que estuviera debatiéndose entre la vida y la muerte, se recuperó muy bien”.

Recordó que a principios de octubre, él mismo contrajo el virus, y describió que tiene actualmente 45 años, no bebe, no fuma y todos los días hace ejercicio “y me fui muy mal. Calentura de 41°, dolor de piernas intenso, dolor de cabeza intensísimo por un mes, con todo y que ya no tenía el virus, nunca tuve que tomar este medicamento. Me agarró en la Ciudad de México, me quedé encerrado en el departamento para no contagiar a alguien más en el trayecto, ni tampoco en mi casa”.

Siguió con su experiencia y dijo que después de su contagio, su prima: María Alejandra Baca Baeza de 27 años, que sufre del síndrome de Cornelia de Lange (es una alteración genética poco conocida que conduce a anormalidades severas del desarrollo), también se contagió y fue internada en un hospital, pero ella sí se debatía entre la vida y la muerte.

“No hallábamos qué hacer… ¿saben qué hice yo… Miguel Riggs? Me subí a mi troca, como dicen aquí a mi camioneta, manejé al Paso, Texas, fui y compré el medicamento y me lo traje, sí quieren ustedes de contrabando, pero ¡me lo traje!, pero hice todo lo posible por salvarle la vida de mi prima María Alejandra. Cinco ampolletas, se las aplicaron, ¿saben qué? hoy mi prima hermana vive. No es un dato más en la estadística de mexicanas y mexicanos muertos. Hoy vive, yo se lo puedo atribuir a la aplicación de este medicamento. Yo no soy un científico, no tengo la capacidad médica para decirles, pero sí se los digo que hasta cierto punto, me siento medio inútil por no haber propuesto un punto de acuerdo en torno a este medicamento”, narró Miguel Alonso Riggs.

Aseguró que francamente él sí cree porque lo vio como su prima, María Alejandra evolucionó y hoy vive, “el tema es aquí como lo comentó el senador Martí Batres: salvar vidas, cueste lo que cueste, esté en dónde esté, el asunto es que este medicamento no vaya a costar una millonada y que no vayan a estar timando a muchos mexicanos que entregan todo con medicamento pirata o que se ha adquirido en el mercado negro, les pido, por favor que reconsideremos el continuar con este punto de acuerdo”.

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