El gobierno mexicano, nos hacen ver, busca caminar hacia un liderazgo entre los gobiernos de izquierda en la región.
Nos comentan que a poco más de un año de que ocurriera la destitución de Evo Morales como presidente de Bolivia, que derivó en su salida de ese país, en la que la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador fue parte importante para “salvarle la vida” al líder sudamericano, la autollamada Cuarta Transformación tendrá un nuevo gesto de cercanía con el gobierno boliviano.
El pasado sábado, el presidente López Obrador dio a conocer su homólogo de Bolivia, Luis Arce, vendrá en dos semanas a México para acompañarlo en el acto de conmemoración de la batalla que dieron los mayas a los conquistadores españoles en Champotón, Campeche, esto en marco de las festividades del Bicentenario de la Consumación de la Independencia.
Arce, exministro de Economía y Finanzas Pública durante el gobierno de Evo Morales, ganó la elección presidencial el año pasado y asumió la presidencia en noviembre.
Fuentes federales nos aseguran que cuando el gobierno de México se puso en contacto con el de Bolivia para la entrega de esta invitación, de inmediato la nueva administración de ese país la aceptó pues, como diría el clásico “amor con amor se paga”.
Nos recuerdan que esta sería la segunda visita que hace un presidente sudamericano de izquierda a México en un mes por estas festividades, pues el pasado 24 de febrero, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, estuvo en Iguala para conmemorar el Plan de Iguala.
Ante la visita de sus homólogos de izquierda, ¿será que el próximo 24 de junio, cuando el presidente López Obrador conmemore el natalicio de Simón Bolívar, venga el presidente venezolano Nicolás Maduro?