Entre las diversas características que lo hacen a Luis Donaldo Colosio un jugador protagonista en la política regiomontana se encuentra una arista poco conocida: el candidato de MC a la alcaldía de Monterrey representa también un punto de fusión entre los dos grandes antagonistas de la política mexicana. Andrés Manuel López Obrador y Carlos Salinas de Gortari.
La semana pasada el ex presidente le pidió a algunos hombres de negocios regios que apoyen a Colosio en cuestiones de logística, seguridad y recursos económicos. Salinas de Gortari habría utilizado el argumento de que es muy endeble la correlación de fuerzas de MC respecto a los candidatos de Morena y el PRI. Apoyar a Colosio es asegurar un piso más parejo. En Palacio de Cantera deslizan que también hubo un contacto del ex presidente, en ese sentido, con el gobernador Jaime Rodríguez Calderón.
La relación de Colosio con Salinas de Gortari es de las cuestiones más reservadas de la política mexicana. Nunca ha habido demasiada claridad y tiene su lógica porque el imaginario popular siempre le ha atribuido cierto grado de responsabilidad a Salinas en la tragedia que vivió la familia Colosio.
Pero la relación existe. Grupo Reforma reveló hace un mes que cuando Colosio fue hostigado por el PRI, Salinas de Gortari se habría comunicado con el comando tricolor para bajar hostilidades. En el PRI rechazan esa llamada aunque aseguran que un entornista predilecto del ex presidente sí llevó un mensaje referido a Colosio y el dato de que el candidato naranja peregrinó, en sigilo, hasta el domicilio de Salinas en el sur de la CDMX.
En paralelo a este apoyo, trasciende también que desde Palacio Nacional se orientan respaldos de la campaña de Morena para con Colosio en Monterrey. Esos movimientos son digitados por Julio Scherer y uno de sus hijos que trabaja ya casi full time para afianzar el proyecto de Colosio.