El escándalo por la mansión de José Ramón López Beltrán -el mayor de los hijos de AMLO- en Houston abrió un catarata de versiones sobre las investigaciones que ya estarían en curso alrededor de la familia presidencial. Acaso eso explica la virulencia con la que está respondiendo el Presidente a la prensa.
El General Audomaro Martínez, jefe de la Inteligencia de la 4T, había advertido sobre la presunta contratación de ex agentes del FBI para conocer los detalles de la vida de José Ramón en los Estados Unidos. El Presidente desestimó el dato que ahora lo tiene colérico.
En las últimas dos semanas, AMLO se enfocó en atacar personalmente a Carlos Loret de Mola, el periodista que presentó desde la plataforma Latinus el informe sobre la «casa gris» de José Ramón, propiedad de un alto directivo de Baker Hughes, empresa contratista de Pemex.
En Palacio acusan a Cabeza de Vaca de contratar ex agentes del FBI para espiar a los hijos de AMLO
En uno de esos cruces mediáticos, el periodista le respondió en una de sus columnas del Universal que quizás era hora de hablar de su hijo Andy. Un comentario que se sintió como un golpe al mentón en Palacio Nacional.
Existen dos preocupaciones de AMLO en torno a los negocios y los nexos de Andy López Beltrán. El primero, una presunta amistad -aun no confirmada- con Sergio Carmona, el empresario ejecutado en Nuevo León. Carmona fue un generoso financiador de las campañas de Morena, y se lo acusa de estar vinculado a negocios non sacntos en la frontera tamaulipeca.
Pero existe otro dato alarmante: AMLO supo que su hijo Andy estaba preparando inversiones en los Estados Unidos, más específicamente en Nueva York. El hijo más político del Presidente solía comentar entre sus amistades que estaba preparando su incursión en un restaurante en pleno circuito neoyorquino.
Alrededor de este dato hay otros detalles que habían pasado desapercibidos: hace apenas unos meses, en otra investigación periodística, se había cuestionado la participación de un amigo de Andy López Beltrán en la organización del programa Sembrando Vidas.
Hugo Chavez Ayala, empresario cacaotero, fomentaba desde Sembrando Vidas la producción de cacao en las zonas aledañas a la Finca Rocío Chocolate, la empresa de Andy López Beltrán. Los productores se quejaban de que fueron obligados a plantar cacao, pese a su preferencia por otros 25 productos.
En esa investigación, se encontró que pese a no aparecer en los registros comerciales de la Secretaría de Economía de México, en Nueva York se registró la marca Finca Rocío Chocolate Corporation, a través de un intermediario de nombre Jesús Héctor Gutiérrez.
Otro detalle inquietante: la «incorporadora» de Finca Rocío Chocolate Corporation -en general abogados que encabezan el trámite de registro de nuevas empresas en Estados Unidos- trabaja desde Delaware, el paraíso fiscal de la costa este.
Son semanas intensas para el Presidente, que además de atravesar una crisis en su relación con la prensa -por los crecientes asesinatos-, también debe contener las investigaciones que podrían salir a la luz alrededor del estilo de vida de sus hijos.