Debemos adaptar la ingesta de agua a nuestra actividad física. Para incrementar nuestro consumo de líquidos podemos optar por alimentos ricos en agua, o por zumos naturales, sin añadirles azúcar.
Seguramente hayas leído y oído muchas veces eso de que “debes beber 2 litros de agua por día”. Esa afirmación puede ser muy buena… ¡Si te gustara beber agua! Entonces, ¿cómo actuar?
¿De qué manera puedes sustituirla e igual cumplir con esa recomendación? En este artículo te ayudaremos a reemplazar el agua por líquidos que te hidraten y te aporten sus beneficios.
¿Por qué es importante beber agua?
No se trata de un capricho o de repetir cual loros que el agua es buena para la salud. Varios estudios han revelado que los 8 vasos al día nos sirven para desintoxicar el cuerpo, evitar la acumulación de líquidos e hidratar las células y órganos.
Creemos que beber café, refrescos o alcohol puede cumplir la misma función que el agua, pero eso no es verdad. Este líquido es vital para nuestro organismo porque previene la deshidratación y ayuda a bajar de peso.
Muchas veces pensamos que tenemos apetito cuando, en realidad, tenemos sed. Si te aseguras de beber lo suficiente al día no comerás tanto y no te sentirás débil o falto de energía.
Se aconseja consumir el líquido antes de estar sedientos porque cuando esto ocurre el cuerpo ya se encuentra en cierto nivel de deshidratación. Es decir que es algo tarde (pero seguro, como indica el refrán popular).
Si estás haciendo dieta y ejercicios para adelgazar te conviene beber agua para ayudar a que la grasa se desprenda del cuerpo y poder eliminar todas las toxinas a través de la orina. Lo mismo si sufres de acumulación de líquidos en las piernas y tobillos.
Cuando se realiza deporte la cantidad de agua ingerida debe aumentarse. Un litro más por cada hora de ejercicio es lo estipulado. Por lo tanto, ese día has de beber 3 y no 2 litros.
Pero… ¿Y si no me gusta el agua?
Todo muy bonito. Ya sabes las ventajas de beber agua a diario y todas las propiedades que este líquido tiene para el cuerpo. Pero ni con ello puedes obligarte a consumirla.
Te olvidas de hacerlo o no te llama la atención ese líquido transparente y sin gusto a nada. Preferirías consumir otra cosa. Aunque no “cuente” en la suma de los 2 litros. Algunos hábitos que te pueden ayudar a cumplir con tus 8 vasos de agua al día son:
- Lleva una botella de agua a todos lados.
- Pon un recipiente con agua a la vista (por ejemplo, en el escritorio).
- Bebe un vaso de agua apenas te levantas.
- Consume un vaso antes y otro después de cada comida.
- Llena el vaso hasta arriba y bébelo de una sola vez.
- Anota la cantidad de vasos que llevas bebidos.
- Lleva agua a la mesilla de noche.
- Sirve esta bebida en la mesa a la hora de la comida (en lugar de refrescos o zumos).
- Compra agua embotellada en vez de cualquier otra cosa.
- No te olvides el agua cada vez que haces ejercicio.
- Aumenta el consumo de líquidos cuando hace calor o estás en la calle en verano.
- No creas que en invierno la ingesta ha de ser menor o nula.
- Ponte alarmas en el móvil que te avisen de que debes beber agua.
- Añade una rodaja de limón o naranja o unas hojas de menta en el vaso para mejorar el sabor.
Opciones para sustituir el agua “sola”
No hay caso. Nada de lo que hagas te ayuda a beber agua. Pero no debes darte por vencido. ¡Existen muy buenos sustitutos! Entre ellos, destacamos tres:
Infusiones
Te recomendamos que las prepares en cantidad y bebas a lo largo de la jornada. Puedes, por ejemplo, hacer un té verde, uno de manzanilla o uno de frutos rojos y envasarlos en una botella de agua.
Existen muchos saquitos de té frío o también puedes echarle unos cubitos de hielo. Si no hace calor con beber la infusión caliente alcanza. Recuerda que no puedes endulzar ni con azúcar ni con miel. Puedes añadirle stevia o unas gotas de limón.
Zumos
Es preciso ser muy cuidadosos en este punto. Solemos creer que beber los zumos de lata o de envase que compramos en el mercado nos aporta el líquido que necesitamos. Esta es una verdad a medias.
¿Por qué? Porque si bien tienen agua y nos pueden ayudar a saciar la sed, también contienen azúcares, aditivos, conservantes y extractos de fruta. No cuentan con fruta “verdadera”.
Por lo tanto, sería bueno que te prepararas tú mismo los zumos. Puedes simplemente exprimir una naranja o una toronja y beberlo. Los licuados son muy ricos y eficaces también (pero no les añadas leche ni ningún alimento sólido, como almendras o pasas de uva).
Frutas
¿Qué tal si consumes alguna fruta repleta de agua en su interior? ¡Es lo mismo que beberla, pero con más gusto! Además, te estará proporcionando una gran cantidad de nutrientes, saciarás tu apetito y te ayudará a comer de manera más saludable.
No te olvides de que debes comerlas crudas y solas (sin cocinar ni agregar azúcar, nata, chocolate, etc). ¡Perfecto para hacer una riquísima ensalada de frutas multicolor!
Entre las opciones de frutas con más cantidad de agua en su composición encontramos:
- Sandía
- Melocotón
- Piña
- Kiwi
- Cereza
- Fresa
- Manzana
- Tomate
- Uva
- Naranja
Información adicional: Verduras con alto contenido de agua.
Entre ellas:
- Pepino
- Lechuga
- Calabacines
- Apio
- Col
- Berenjena (no se puede comer cruda)
- Espinaca
- Brócoli
Puedes preparar una gran cantidad de recetas con todos estos ingredientes. En el caso de que quieras comerlos cocidos, te recomendamos que lo hagas al vapor para que mantengan sus nutrientes.
Puedes consultar el porcentaje de agua que tiene cada uno para saber cuánto has bebido al finalizar la jornada.
Fuente: mejorconsalud.com