Dinamarca, Suiza e Islandia, en ese orden, ocuparon los primeros tres puestos.
México descendió del sitio 14 al lugar 21 entre los 156 países considerados en el índice del Informe Mundial sobre Felicidad 2016, un compendio de datos duros e indicadores subjetivos que determinan el bienestar de los habitantes de una nación.
Difundido este miércoles en su cuarta edición, el índice ubicó a México con un puntaje de siete mil 187 unidades, luego que en el índice del año anterior obtuvo seis mil 778 puntos, en tanto que Dinamarca, Suiza e Islandia, en ese orden, ocuparon los primeros tres puestos.
El informe destacó que los gobiernos toman cada vez más en cuenta indicadores subjetivos de bienestar para el diseño de políticas públicas, y ofreció el caso del occidental estado mexicano de Jalisco como ejemplo de implementación de programas diseñados para que ciudadanos vivan más felices.
Esta edición del informe tomó en cuenta además la desigualdad en la distribución de la felicidad, y descubrió que los ciudadanos de un país reportan ser más felices cuando existe un más equitativo sentido de bienestar entre sus conciudadanos.
Asimismo, los editores argumentan que la felicidad es un mejor indicador del bienestar de una población que las medidas sobre ingresos, pobreza, educación, salud y buen gobierno cuando estas se miden por separado.
El documento concluyó que las variables clave en las diferencias que presentan los países en el índice a lo largo del tiempo son: Producto Interno Bruto (PIB) per capita; expectativa de vida saludable; tener alguien en quien contar; libertad percibida para tomar decisiones; libertad de la corrupción y generosidad.
Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y uno de los autores del informe, afirmó que las mediciones de felicidad subjetiva y aumentar el bienestar de la población deberían ser parte integral de la agenda social de todos los países.
Apuntó que estas mediciones son esenciales para alcanzar de manera plena los Objetivos de Desarrollo Sostenibles fijados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en septiembre, que se proponen como meta eliminar el hambre en el mundo para el año 2030.
“Los objetivos de desarrollo en sí mismos encarnan la idea de que el bienestar humano debe ser nutrido por un enfoque holístico que combine metas económicas, sociales y ambientales”, explicó Sachs.
El académico aseguró que en vez de tomar un enfoque estrecho basado en el crecimiento económico, los gobiernos deben promover sociedades más prósperas, justas y sostenibles ambientalmente.
En cuarto lugar, en la lista fue ubicado Noruega, seguido de Finlandia, Canadá, Holanda, Nueva Zelanda, Australia y Suecia.
Los países colocados al final son, en último lugar: Burundi, seguido en orden ascendente por Siria, Togo, Afganistán y Benin.