La presidencia del PRI: entre lo sublime y lo perverso

Escuchar Nota :
[responsivevoice_button voice="Spanish Female" buttontext="Play"]


Los líderes del tricolor se han ido por causas muy brillantes como las candidaturas presidenciales o por sendas derrotas y hasta acusaciones de corrupción

La Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es una pieza clave para entender aspectos de la democracia moderna y de la forma en cómo ha cambiado el poder en México durante los últimos años.

Desde la época en que Jorge de la Vega Domínguez fue el dirigente del tricolor, del 8 de octubre de 1986 al 3 de diciembre de 1988, la arena política en México ha cambiado y los escenarios para los presidentes de ese instituto político han tenido que enfrentar diversas vicisitudes.

A De la Vega, le tocó la escisión más importante del Revolucionario Institucional cuando Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, quien también fuera líder del tricolor formaron la Corriente Democrática, que eventualmente se convertiría en una de las principales fuentes opositoras ya como PRD.

 pf-3445230412-epnpri2-c-e1466513717555

De la Vega entregó buenas cuentas a su sucesor Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien dirigió el partido del 3 de diciembre de 1988 al 13 de abril de 1992. Colosio pasó por uno de los puestos importantes, al viejo estilo de la política mexicana, para aspirar a la Presidencia de la República. Pidió licencia para fungir como secretario de Desarrollo Social (1992-1993) y candidato a la Presidencia de la República (1993-1994).

Rafael Rodríguez Barrera, presidente del PRI del 13 de abril de 1992 al 14 de mayo del mismo año, al inicio del gobierno de Carlos Salinas de Gortari fue designado Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional del PRI que presidía Luis Donaldo Colosio, y cuando este dejó el cargo para ser Secretario de Desarrollo Social fue nombrado Presidente Nacional del PRI hasta la elección de Genaro Borrego Estrada.

Borrego ocupó el cargo del 14 de mayo de 1992 al 30 de marzo de 1993 cuando fue nombrado Director General del IMSS por el presidente Carlos Salinas de Gortari.

A su sucesor, Fernando Ortiz Arana, le tocó uno de los episodios más significativos de la historia moderna del país: el asesinato del candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio. Dejó el cargo para ocupar un escaño en el Senado de la República.

Guerra interna
Ignacio Pichardo Pagaza presidió el partido del 13 de mayo de 1994 al 3 de diciembre de 1994. En ese periodo fue asesinado el secretario general, José Francisco Ruiz Massieu. El fiscal especial para el caso, Mario Ruiz Massieu, acusó a Pichardo y a María de los Angeles Moreno–quien sucedió a Ruiz Massieu en la Secretaría General del PRI–de obstruir las investigaciones.

La investigación posterior terció todo para que la clase política mexicana no saliera afectada y fue orientada sobre todo a culpar a Raúl Salinas de Gortari, quien acabaría siendo acusado y condenado en primera instancia por ese delito.

El 1 de diciembre de 1994, el presidente Ernesto Zedillo nombró a Pichardo secretario de Energía, cargo en el que permaneció hasta 1995, cuando fue nombrado embajador en los Países Bajos.

María de los Ángeles Moreno Uriegas, ocupó la presidencia del PRI del 3 de diciembre de 1994 al 19 de agosto de 1995, circunstancia que marcó un cambio en las directrices de ese instituto político pues una mujer ocupó por pimera vez el cargo.

La presidencia del tricolor fue asumida por Santiago Oñate Laborde, del 19 de agosto de 1995 al 13 de diciembre de 1996; Humberto Roque Villanueva, del 15 de diciembre de 1996 al 11 de septiembre de 1997; Mariano Palacios Alcocer, del 11 de septiembre de 1997 al 31 de marzo de 1999, y José Antonio González Fernández, del 1 de abril de 1999 al 30 de noviembre de 1999.

A González Fernández le tocó organizar la primera elección interna del candidato del tricolor: Francisco Labastida, de 57 años, casado y con cuatro hijos, obtuvo, cuando se llevaba escrutado el 82,9% de los sufragios, 272 distritos; Roberto Madrazo, 19 distritos; Manuel Bartlett, seis distritos, y Humberto Roque, ningún distrito.

Nuevo milenio
Dulce María Sauri Riancho, presidió el partido del 1 de diciembre de 1999 al 4 de marzo del 2002. A la segunda mujer en ocupar la dirigencia nacional del tricolor le tocó afrontar lo que parecía inpensable, la pérdida de la Presidencia de la República. Sauri tuvo la intención de renunciar, pero no le fue aceptada, permaneciendo en el cargo hasta 2002.

Roberto Madrazo Pintado lideró el PRI del 4 de marzo de 2002 al 31 de agosto de 2005, cuando comenzó su precampaña para la presidencia. Tras la derrota de Francisco Labastida ante el panista Vicente Fox en los comicios del 2 de julio del 2000 su figura como líder dentro del PRI creció, pues se había convertido en la única figura opositora al zedillismo. Madrazo fue electo presidente nacional de su partido, cargo que había ocupado también su padre Carlos A. Madrazo de 1964 a 1965 de quien se dice lo “eliminó” el sistema.

Luego de un proceso interno marcado por el prematuro retiro de su principal rival, Arturo Montiel Rojas acusado de presunto enriquecimiento ilícito, Madrazo logró ganarle la elección interna a Everardo Moreno (quién fungió como “patiño”) para convertirse en el nuevo candidato del Revolucionario Institucional a la Presidencia de la República, para las elecciones del 2 de julio del 2006.

Controversia y nueva derrota
Mariano Palacios Alcocer, asumió de nuevo el cargo de presidente del PRI, del 31 de agosto de 2005 al 3 de marzo de 2007, en una forma sumamente controvertida, pues no solamente los estatutos del partido prohíben la segunda elección de un exdirigente, sino que fue electo por sobre el presunto derecho a la sucesión de la entonces Secretaria General, Elba Esther Gordillo, dando comienzo al periodo más fuerte de confrontación entre la exlideresa magisterial y Madrazo Pintado, quien quedó en tercer lugar en las elecciones presidenciales.

En febrero de 2007 Mariano Palacios entregó la presidencia del PRI a Beatriz Paredes Rangel, quien ocupó el cargo al 4 de marzo de 2011. En las elecciones intermedias, le tocó resposicionar a su partido en la Cámara de Diputados, desde donde se gestó, de la mano de Manlio Fabio Beltrones, César Camacho y otros políticos, el retorno del PRI a Los Pinos.

Moreira
Humberto Moreira Valdés fue presidente del 4 de marzo de 2011 al 2 de diciembre de 2011. Habría seguido ahí, pero tuvo que renunciar al cargo debido a que las constantes acusaciones de corrupción y el enorme desfalco al Estado de Coahuila presentaban enormes obstáculos a la campaña de Enrique Peña Nieto.
Moreira fue señalado por la revista estadounidense Forbes como una de las “10 personas más corruptas en México”.

Durante su gestión como gobernador de Coahuila, Moreira firmó decretos por los que se adquiría una deuda de más de treinta y tres mil cien millones de pesos, en la que se utilizó documentación apócrifa mismos recursos que se presume fueron utilizados para ganar cinco gobernaturas y financiar la campaña de Peña Nieto.

En noviembre de 2012, la PGR absolvió a Moreira del endeudamiento por no contar con las evidencias suficientes para acusarlo formalmente.

María Cristina Díaz Salazar, secretaria General del Partido, asumió la presidencia del 2 de diciembre de 2011 al 8 de diciembre del mismo año, cuando asumió el cargo Pedro Joaquín Coldwell hasta el 30 de noviembre de 2012. Coldwell al más puro estilo priista fue invitado a ocupar la Secretaría de Energía. Díaz Salazar, ocupó el interinato del 30 de noviembre de 2012 al 11 de diciembre del mismo año.

César Camacho Quiroz, fue presidente del CEN del PRI de 2012 a 2015, le tocó coordinar el trabajo legislativo para que las reformas estructurales fueran aprobadas mediante el Pacto por México y preparar las elecciones intermedias. Pidió licencia para coordinar la bancada del PRI en San Lázaro. Manlio Fabio Beltrones ocupó el cargo hasta la noche de ayer en que presentó su renuncia como consecuencia de los resultados electorales.

Comenta con tu cuenta de Facebook