10 millones de pesos lo tentaron, ahora está preso y sin dinero
Sus ojos recorren rápido los alrededores. No es para menos, su trabajo no le permite ser confiado porque sería un descuido mortal, pero la discreción de la noche y la confidencialidad del automóvil en el que viaja en dirección a su casa le dan confianza para platicar. “Juan” es custodio de valores y todos los días arriesga el “pellejo” para salvaguardar dinero que no es suyo.
Llegó a Cometra en el año 2010. Al igual que muchos otros fue como último recurso por la carencia de un empleo que le permitiera sacar a delante a su familia. Si hubiera tenido una mejor opción la hubiera aceptado sin chistar, pero ahora no se arrepiente porque bien o mal tiene un sueldo seguro que nunca falta cada semana, además de las prestaciones de ley y una caja de ahorro.
¿A poco no tiene quejas contra la empresa. Se dice mucho que mal pagan y que además son abusivos con sus empleados? Pregunta Letra Roja inquisitivo. Sus expresiones no cambian, se mantiene sereno y responde:
“Es como en todos lados. Existen restricciones como medidas preventivas de seguridad, trasladamos millones de pesos al día de decenas de comercios y empresas que contrataron con Cometra por la garantía que ofrece”, refiere sobre la empresa que pertenece a Grupo Seguridad Integral, la cual está conformada por más de 10 empresas enfocadas a brindar servicios en el ámbito de la Seguridad Privada. De éstas, Cometra, Sepsa y Seguritec son las que integran la división de traslado de valores.
Sobre el sueldo detalla que existen semanas bajas y altas. Es decir, una semana cubren su horario normal de nueve horas y la otra pueden meter horas extras que les permiten mayor ingreso. Durante la baja pueden ganar “libres” mil 500 o mil 700, sin los descuentos son más de dos mil pesos.
Durante una alta pueden ganar “fácil” a hasta tres mil 500 pesos ya con sus respectivos descuentos. Casi 12 mil al mes y aparte lo que van juntando en su caja de ahorro para mediados de año.
¿No cree que es poco en comparación de lo que llevan en sus manos cada día, porque además se avientan jornadas de lunes a domingo y pues la verdad descuidan a la familia?, interroga Letra Roja.
“El primer año es difícil porque es adaptación. Tengo más de 40 años, seis aquí. Usted cree que iba a encontrar empleo fácil, porque además solo tengo hasta la prepa. Sin duda es pesado, pero que otra me quedaba. Ahora o cuido mi trabajo o me chingo”, menciona con un tono de voz un poco más elevada, pero continúa amable y accesible.
La respuesta es también un reiterativo para no abundar detalles de su nombre y domicilio, así como las rutas que recorre para que la GSI no tome represalias –si es que lo considera la empresa- por hablar de su trabajo, en el cual tiene que aguantar presiones y condiciones laborales a las que uno debe adaptarse a la brevedad si es que quiere seguir con el empleo.
¿Y la tentación?
“Nunca falta, pero también es el criterio de cada quien”, comenta y desvía la mirada para recordar el caso de un joven que se esforzaba bastante, pero que un buen día lo sonsacaron otros compañeros que ya habían sido despedidos.
“Él se quedó dentro de la camioneta, mientras los demás fueron a recoger el dinero de una de las empresas que llevaban en lista. Cuando regresan él les sale al paso y les dice luego-luego ‘ya valió’. ‘Cómo que ya valió’ –le preguntó el que iba a cargo y dijo que lo habían encañonado y golpeado.
“´Pero cómo va ser si tú estabas dentro’ le volvió a decir el responsable. Dijo que los asaltantes introdujeron una pistola por el orificio que tienen las camionetas –sí las has visto ¿no?– y desde ahí lo encañonaron. Ese día detuvieron a todos, él se aferró a su versión pero ya después con las autoridades le ‘aflojaron’ la verdad”.
Los compañeros cesados lo convencieron de que atracaran la camioneta cuando el equipo se bajara a recolectar; llevaban 10 millones de pesos y se los iban a repartir entre cuatro.
“Pero después de que cargaran la camioneta en la que iban los “cabrones”, cuando este chamaco se quiso subir con ellos, que se la cambian y lo amenazan. Si se subía le pegaban un tiro, solo le dieron un cachazo y lo abandonaron. Ahora está preso y sin dinero”, detalla.
¿Oiga, y las mujeres?
“Esas son bien chingonas y más entronas que los hombres. Con nosotros habrá unas 80”.
¿Pero por qué son más entronas?
“Ellas no llevan chaleco que las cubra. Solo el arma bien agarrada por si las dudas”. Sin embargo detalla que las custodias no cargan con la protección esencial, una porque la empresa no se los otorga, y en segunda porque ellas mismas no lo requieren pues argumentan que les estorba.
¿12 mil pesos por jugarse el pellejo. Recomendaría a los que ganamos menos que eso cambiar de trabajo?
“Esta es una profesión mal valorada y mal vista por la gente. Lo mío fue necesidad. Tú sabrás”.