La dominación de las máquinas está cada día más cerca. Curiosity, el robot de la NASA que ha estudiado Marte durante los últimos cuatro años, cuenta ahora con autonomía para decidir, por sí mismo, qué piedras del planeta va a estudiar.
Lo hace gracias a un láser que le permite vaporizar materiales para su posterior estudio. La agencia especial estadounidense ha actualizado el ‘software’ del ‘rover’ para aumentar su eficiencia sobre el terreno. Aunque los científicos de la misión todavía deciden qué piedras quieren que estudie el vehículo, ahora el ‘Curiosity’ también tiene capacidad para enviar el láser del instrumento ChemCam, encargado de los experimentos químicos, allá donde considere pertinente.
Hasta la fecha, el ‘rover’ ha disparado el láser en más de 350.000 ocasiones para obtener información de 1.400 objetos diferentes, a los que ha señalado en hasta 10.000 ocasiones. Una vez hecha la maniobra, el vehículo analiza los gases que surgen después del disparo, para obtener datos acerca de la composición del suelo marciano gracias a un telescopio que se encarga de estudiar el espectro de color de los plasmas que se producen cada vez que se dispara el haz.