El presunto caso de contaminación radiactiva del agua del pozo del que se abastecen mil 500 habitantes de la comunidad La Cantera en San José Iturbide, Guanajuato, mantiene a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en discrepancia con la Federación.
Mientras la UNAM afirma que el agua del pozo presenta niveles radiactivos cuatro veces superiores a lo permitido, las comisiones Nacional del Agua (Conagua) y Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), así como el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) sostienen que el líquido es apto para consumo humano.
Pero además, activistas y familiares de las niñas que murieron hace dos años a causa de leucemia linfoblástica admitieron que hasta el momento no se ha comprobado que las menores enfermaron por consumir el agua “tóxica” del pozo de abastecimiento, como sostiene el investigador Marcos Adrián Ortega Guerrero, del Centro de Geociencias de la UNAM campus Juriquilla, Querétaro.
Habitantes de la comunidad buscaron el apoyo del experto, luego de que entre 2014 y 2015 las preescolares María Fernanda López, Yoselín Soto y Yessica Aguilar fallecieron a causa de leucemia linfoblástica, lo que levantó sospechas sobre una alteración en el medio ambiente, por lo que pidieron a la UNAM que indagara los decesos y así conformaron la asociación civil Mayoye, para fungir como un intermediario entre la máxima casa de estudios y los pobladores.