El derecho de ejercer el voto por cualquier persona mayor de edad es visto como algo “normal”, sin embargo es un derecho que ha causado luchas alrededor del mundo.
Un poco de historia…
Para darnos una idea del proceso que tuvo que pasar para que las mujeres pudieran obtener algunos derechos te contamos algunos antecedentes.
En México los primeros antecedentes exitosos del voto datan de 1923 en Yucatán, aunque hubo peticiones desde 1916. Yucatán reconoció el voto tanto municipal como estatal en 1923, con tres mujeres electas para diputadas al congreso estatal: Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib y Beatriz Peniche de Ponce; además Rosa Torre fue regidora en el ayuntamiento de Mérida. Sin embargo, cuando el gobernador Felipe Carrillo Puerto murió asesinado en 1924, las cuatro tuvieron que dejar sus puestos.
En San Luis Potosí, las mujeres obtuvieron el derecho a participar en las elecciones municipales en 1924 y en las estatales en 1925 pero este derecho se perdió al año siguiente. En Chiapas, se reconoció el derecho a votar a las mujeres en 1925.
En 1937 Lázaro Cárdenas envió una iniciativa de reforma al artículo 34 de la Constitución, que permitiría votar a las mujeres.
Diez años después, el 17 de febrero de 1947 durante la presidencia de Miguel Alemán se publicó en el Diario Oficial la reforma al artículo 115 de la Constitución que concedía a las mujeres el derecho de votar pero sólo en las elecciones municipales.
1953, México cambió.
El 17 de octubre de 1953, la mujer mexicana adquirió conforme a las reformas de los artículos 34 y 35 constitucionales, plenitud de derechos civiles y políticos.
A partir de este momento México fue otro, pues esa adquisición fue el resultado de una lucha incansable, que aún continúa en México; para lograrlo, por décadas hombres y mujeres trabajaron por ese derecho.
Pero, ¿qué fue todo lo representó? ¿Qué cambió a partir de ese momento? En Letra Roja te presentamos la opinión del catedrático de la UNAM, Salvador Mendiola Mejía quien ha contribuido en estudios feministas del país.
Mendiola Mejía nos dijo: “con el derecho al voto para las mujeres establecido el 17 de octubre de 1953, se puede afirmar que comenzó el gran proceso de la liberación femenina en México. Aunque el proceso había comenzado desde mucho antes, en ese momento comenzaron a ser realidad los esfuerzos de muchas y muchos feministas; así inició el camino a establecer la plena igualdad política para todas las personas en México, un gran avance democrático para todo mundo”.
El catedrático e integrante de una comuna feminista recuerda cuando su madre ejerció por vez primera ese derecho, en 1958, para elegir presidente, “era evidente que se sentía muy orgullosa por ello”, mencionó.
Para el también poeta, con estos derechos empezó una mejor situación política y social para todas las mujeres.
Sin embargo nos aclaró que aún falta mucho para alcanzar la plena igualdad y la equidad democrática para las personas del sexo femenino. México sigue siendo un país muy machista y democráticamente injusto con las mujeres; pero es mucho lo que se ha avanzado desde entonces, de manera que es posible pensar en una pronta consecución de una equidad e igualdad de derechos. Una clara muestra del avance es el lugar que ya tienen dentro de la vida política y social las personas según su identidad y preferencia sexual.
Al cuestionarlo sobre la palabra: plenitud, la cual parece una utopía, difícil de alcanzar, Mendiola Mejía nos dijo: “la plenitud es un deseo, siempre puede ser más. Pero la plenitud de derechos sí existe, en este momento casi es total para las mujeres”; falta la plena despenalización del aborto en toda la república.
Por su parte, Adela Hernández Reyes, maestra de la UNAM y, autora de libros y ensayos feministas nos comentó que “el voto ha sido muy importante porque se ha ganado mucha plenitud para las mujeres: la plenitud de ser civil, la plenitud de elegir con quien casarse, la plenitud de ser madres solteras, la plenitud de trabajar, la plenitud de tener libre arbitrio para decidir, no sólo por un gobernante, sino su vida misma”.
“Existe tal plenitud para quien ejercemos nuestro libre arbitrio, cosa que no existía antes del voto, se consideraba a las mujeres como menores de edad que no podían tomar decisiones”, aseguró.
Si bien en el país nos falta mucho por construir en cuanto al tema de derechos de mujeres, es innegable decir que el voto femenino representó un cambio en la vida de nuestro país.
Sin embargo en Letra Roja nos interesa conocer tu opinión.¿Qué representa para ti el voto femenino? ¿Crees que falta mucho por hacer?