Las casas de empeño lucran con la pobreza de las personas. Hay quienes ante gastos inesperados y la falta de ahorros se ven en la necesidad de acudir a estas instituciones para empeñar un bien a cambio de unos pesos que los ayuden a salir del apuro. Lamentablemente, cuando quieren recuperar sus pertenencias se ven imposibilitados por los altos intereses que deben cubrir, así que en muchos casos optan por dejar perder su prenda empeñada.
Las casas de empeño son instituciones financieras que prestan dinero de forma inmediata a cambio de dejar en garantía un bien como: alhajas de oro o plata, relojes, electrónicos, vehículos o electrodomésticos.
Sin embargo, en estas instituciones se cobran una de las tasas de interés más cara del mercado, con una tasa promedio de 18 a 20 por ciento. Cinco veces más que los intereses promedio que cobran las tarjetas de crédito bancarias, del 3 al 4.5 por ciento, de acuerdo al Banco de México. Esto ocasiona que algunas veces las personas no recuperen sus pertenencias.
Además, en ocasiones las personas cuando quieren rescatar sus pertenencias se encuentran con la sorpresa de que ya han sido vendidas, o que se niegan a devolvérselas. Y peor, en ocasiones los bienes que se empeñan o compran son artículos robados.
Durante 2015 se registraron 5 mil 382 casas de empeño ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y en el mismo año la Procuraduría recibió mil 364 quejas a nivel nacional por negarse a entregar la prenda (40 por ciento), cambiarla o devolverla (14 por ciento) y por no devolver el depósito realizado (6 por ciento).
Actualmente, existen 6 mil 485 casas de empeño registradas ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en nuestro país, y continuarán aumentando ya que First Cash, una de las empresas más grandes del sector prendario, abrirá más sucursales en México.
Por otra parte, alrededor de dos mil sucursales fueron cerradas este año, ya que no cumplieron con el registro ante la Procuraduría. Estas casas de empeño eran las que lucraban más con las necesidades de las personas, ya que cobraban altos intereses por los préstamos otorgados, no devolvían los artículos empeñados o vendían bienes robados.
De acuerdo al presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre), Rafael Mondragón, dos de cada tres mexicanos ganan menos de siete mil pesos al mes, y son ellos quienes cuando requieren dinero para una emergencia acuden a las casas de empeño. Señaló que el promedio de préstamo en las casas de empeño asociadas es de mil 196 pesos.
De acuerdo a Mondragón, otorgan alrededor de 111 mil empeños diarios, equivalente a más de 41 mil millones de pesos al año. Prestamos que son otorgados a personas que difícilmente pueden acceder a un préstamo bancario o de otro tipo.
Además, el 76 por ciento de los usuarios recuperan su prenda y sólo el 24 por ciento de los artículos empeñados en puesto a venta, de acuerdo a Amespre.
Así que las casas de empeño se vuelven un mal necesario.