Desde hace unas semanas empezó la discusión, la iglesia está en contra de los matrimonios entre parejas del mismo sexo. Ellos prefieren tener “familias naturales” y con eso no afectar el crecimiento de los niños, aunque está comprabado que nada es garantía.
Hay casos de familias homosexuales que tienen hijos muy bien educados y otros de familias heterosexuales que sus hijos no son felices.
Y mientras están en la pelea para que se eviten este tipo de bodas, varios colectivos salieron a la calle a manifestarse, exigían que se echara abajo una propuesta del presidente Enrique Peña de aceptar los matrimonios homosexuales.
La iglesia se negó y justo hace unos días, el frentre que los apoyaba dijo que ya no iba a marchar. Que iban a oprtar por lo legislativo.
En esos días el odio creció y de hecho, se registraron al menos 10 muertes contra la comunidad trans, todos crímenes de odio.
Apenas ayer, el Cardenal Norberto Rivera pidió por las víctimas, una manera de aminorar los hechos, de tratar de calmar las aguas, pero debe recordar algo, en su discurso la iglesia ha provocado el odio y la homofobia, la tolerancia deber ser siempre, no cuando les conviene.