Patrick Heij escribió un artículo en The New Yorker con recomendaciones a los estadounidenses de los países a los que pueden viajar como terapia después de una experiencia díficil, México está en la lista como la mejor opción si la persona es buscada por asesinato.
La razón, de acuerdo con el periodista, es que México “es un país increíblemente corrupto” y un asesino se puede esconder sin problemas como propietario de un motel frente a la playa y llorar cuando esté borracho, en “Margaritaville”.
“El hogar de algunos de los mejores tacos del mundo, este país increíblemente corrupto también ofrece un cambio muy favorable, por lo que si un vecino se entromete y tienes que matar de nuevo, puedes pagar un soborno y salir del lío por casi nada.¡Lo mejor de todo es que está tan cerca! Puedes manejar directamente a ese país desde donde cometiste el primer asesinato, y meter los dedos de tus pies entre la arena antes de que alguien encuentre el pie de tu socio en el congelador”.
En el texto titulado “El viaje como terapia: ¿Qué pueden hacer por usted otros países?”, Heij asegura que con frecuencia, cuando viajamos nos olvidamos de los escenarios exóticos, las vibrantes culturas e incluso “la gente con encanto indígena que conocemos en el camino”, todo ello representa un “telón de fondo para nuestras transformaciones personales”.