Quién no recuerda el famoso Café Tacuba en el Centro Histórico, y quién no cayó en la tentación de aunque sea probar su delicioso café en sus instalaciones que también son un deleite para la mirada.
Estoy segura que muchos, pero quizá pocos saben que en este lugar, fundado en 1912, se aparece el espíritu de una monja; dicen que se pasea entre las mesas y saca algunos sustos a quienes trabajan ahí.
Cuenta la leyenda que el Café Tacuba es lo que antes era una antigua casona del siglo XVI, que también era un convento de monjas clarisas.
Se dice que el espíritu o sombra que se aparece pertenece a Sor María Blasa de Sacramento, una monja del siglo XVII a la que su padre enclaustró a la fuerza.
Sin más que hacer, Sor María se dedicó a atender a las mujeres internas en el Hospital del Divino Salvador, un manicomio, que se ubicaba a espaldas del café.
Un buen día, uno de los internos de dicho manicomio se enamoró de la monja, pero ella siempre fue fiel al celibato. Ante el rechazo, el enamorado decidió matar a la monja, quien hasta ahora divaga en los espacios del Café Tacuba, entre la cocina y los pasillos como cuando lo hacía en vida.