La momia, que tiene más de 2.500 años de vida, se trata de un descubrimiento “sorprendente y extraño”, que ya ha sido sometido a decenas de pruebas anteriores, de acuerdo con la investigadora del Museo de Leiden, Lara Weiss.
La tomografía, que muestra a la perfección lo que se esconde en el interior del animal, fue realizada por la empresa sueca de tecnología Interspectral, capacitada para llevar a cabo escáneres tridimensionales avanzados. La cocodrilo madre, indica Weiss, fue momificada usando trozos de madera, de lino, tallos de plantas y cuerda. No obstante, la experta no se explica por qué hay decenas de pequeños cuerpos dentro del animal y duda de que las 47 pequeñas momias sean hijas propias de la mayor.
“Quizás no había cocodrilos grandes suficientes en el momento en el que se estaba realizando la ofrenda”, aventura la experta, que recuerda que un cocodrilo puede poner entre cincuenta y sesenta huevos.
Los restos del animal portador fueron localizados por egiptólogos en el desierto de Al Fayum, al sur de El Cairo, una región conocida por su culto al cocodrilo. De hecho, en una exploración de rayos X realizada en la década de los noventa, los expertos aseguraron que el cuerpo tenía dentro solo dos pequeños cocodrilos que pensaron que probablemente eran hijos de la madre.