Panorama poco claro para electores del Estado de México en 2017

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En el Estado de México se elige nuevo gobernador en junio de 2017 y si bien los partidos políticos se han dado a la tarea de buscar al mejor prospecto que los represente en la contienda, para los electores aún no hay un panorama claro sobre los candidatos.

El problema radica en lo que los partidos reflejan a la sociedad. El forcejeo entre grupos, sectores o tribus; la especulación y las pugnas internas, parecen ser lo normal en este tipo de procesos previos a la elección, pero ello hace pensar que en los institutos políticos existe poca confianza en una figura, o que no hay una apuesta segura en la búsqueda de candidato.

Hace seis años en el PRI, tanto Alfredo del Mazo Maza como Luis Videgaray Caso sonaban como los más fuertes para ser los abanderados y, al final, fue Eruviel Ávila Villegas quien se llevó la candidatura.

Tradicionalmente el gobernador del Estado de México busca a alguien de su círculo cercano para sucederlo, y en esta ocasión no será la excepción. Ana Lilia Herrera Anzaldo, actual secretaria de Educación, pidió licencia para unirse al equipo de trabajo del gobernador, por lo que suena como la posible delfín de Eruviel.

Sin embargo, en la casa de enfrente pesa mucho el inquilino. Enrique Peña Nieto es presidente que proviene de la entidad y que, evidentemente, tiene una gran injerencia, por lo que, de parte del PRI, podría ser Alfredo del Mazo Maza el elegido, aunque ya hace seis años se vio que cualquier cosa puede pasar a pesar que Del Mazo tenga cercanía política y consanguínea.

Mientras el PRI mantiene una soterrada lucha, en la cual los Iriarte, los Manzur, los Monroy y los Nemer mantienen la esperanza de ser tocados por el dedo elector, la amenaza para el PRI es una alianza entre PAN y PRD, que ya ha dado resultado en otras entidades, como Puebla y Oaxaca.

En este entendido, perder el Estado de México sería una catástrofe para el tricolor, puesto que se trata de un bastión que nunca ha estado en manos de otro partido, además que podría ser un signo de que las presidenciales de 2018 también podrían ser ganadas por una alianza anti PRI.

Las cabezas para esta alianza podrían ser Josefina Vázquez Mota, ex candidata presidencial – aunque muchos dudan que quiera aceptar, o que la quieran aceptar los perredistas -, y Alejandro Encinas Rodríguez, quien ya tiene experiencia gobernando una gran urbe.

Pero esta posibilidad se diluye día a día. Muchos actores emergen y contaminan el ambiente. Juan Zepeda, Octavio Martínez, que van en contrasentido de lo que expone ante los medios su presidenta nacional Alejandra Barrales Magdaleno y, ahora, surge un nuevo aspirante: el petista Oscar González Yáñez.

Hace poco, el Consejo estatal del Partido del Trabajo (PT), que dirige y controla el ex alcalde de Metepec, probó que Oscar González participe en la contienda del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Hay quienes, como el diputado Javier Salinas, ven en ello un signo positivo para concretar una alianza entre ambos institutos políticos.

El dirigente estatal de la expresión perredista Nueva Izquierda (NI), quien también está apuntado para la interna perredista, considera que la participación de González Yáñez y su partido amplía el abanico de posibilidades y existe la mayor probabilidad de que el abanderado electo por los ciudadanos sea el más competitivo.

La alianza PAN-PRD se acota. Los márgenes de triunfo de una coalición PRD-PT son marginales y, con ello, todo apunta a que el PRI tiene todo para ganar, colocando a quien quiera.

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