Diariamente, Pamela de quince años, acude al crucero deCuatro Caminos y Diagonal Reforma para hacer piruetas con dos pelotas, vestida de payaso, para sacar algo de dinero con el fin de que su hija tenga lo necesario al nacer. Ella está embarazada y ya pronto dará a luz.
Su marido tiene 18 años, es albañil y está desempleado desde hace un año. Ya solicitó apoyo en alimentación y en salud, pero hasta el momento no lo ha recibido.
Por lo que con ocho meses de embarazo tiene que salir a pedir la caridad de los transeúntes.
No cuenta con ningún tipo de seguridad social y ni siquiera sabe en qué hospital va a dar a luz, por lo que está muy preocupada.
Ella contó que con lo que saca de su trabajo como payasita acude con un doctor de Farmacias Similares para que la cheque rutinariamente. Compra ácido fólico porque quiere que su niña nazca bien.
Trabajando dos o tres horas al día gana unos 150 pesos, una parte la usa para comer y ahorra un poco para su parto. La chica afirma que no le alcanza para comer bien y apenas puede subsistir.