El que diga que no come pan es un mentiroso. ¿En serio alguien puede resistirse a la dona de chocolate, a la concha o la oreja? Cueste lo que cueste, siempre un buen pan con cafecito es necesario.
Lo malo de esto es que algunos abusivos están haciendo un fraude con panqués.
El engaño se prepara así:
- Una camioneta se pone en una esquina transitada o cerca de alguna estación del Metro.
- Abre su cajuela y exhibe al menos 200 panqués de un kilo.
- Siempre en grupos de dos los vendedores ocupan un megáfono para ofrecer los panqués a la gente.
- Te dicen que te acerques a probarlo -el de prueba está bueno- por eso muchos caen.
- Una vez que lo pruebas te dicen que por inauguración cuesta 15 pesos cada uno.
- Si el precio no fuera suficiente para atraparte, te dicen que hay de sabores: chocolate, nuez, fresa, elote o nutella.
- Para muchas personas es una oferta que no pueden despreciar e incluso compran dos.
- No los abren ahí, te los echan a una bolsa que está muy bien cerrada.
- Una vez que llegas a casa y lo abres, te das cuenta del fraude.
- El pan resulta ser un mazacote de harina sin sabor, mal cocido y mal hecho. Incomible.
De acuerdo con cálculos, de Letra Roja, si venden todos los panqués sacan cerca de 3 mil pesos en unas horas. Lo peor es que no regresan al mismo lugar y engañan a la gente que piensa que encontró una ganga.