Se vaticinan meses de incertidumbre, dificultades y desaceleración económica a nivel mundial a causa de la enorme contingencia por el coronavirus (Covid-19), algo que preocupa sobre todo a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de México.
“En este escenario, las Pymes nacionales enfrentan una amenaza grande para su crecimiento y subsistencia en el mercado, por lo que la liquidez, finanzas sanas y el acceso a financiamiento son prioridades”, afirmó Edmundo Montaño, director general de la fintech Drip Capital.
En este contexto, especialistas de la entidad financiera estadounidense Morgan Stanley prevén una recesión global en este año; S&P Global dijo que las expectativas de crecimiento del PIB a nivel mundial se recortaron a apenas 1.0%-1.5%; y en el caso de México, la empresa sueca en servicios financieros Credit Suisse redujo drásticamente su pronóstico para la economía mexicana este año: ahora espera una contracción de poco más de 4%.
Por otra parte, algunos especialistas han denominado “credit crunch” o “restricción del crédito” al fenómeno ocasionado por la crisis del coronavirus, el cual podría generar una serie de bancarrotas corporativas y una crisis económica global similar a la de 2008.
En la última década, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), muchas empresas han dependido de créditos baratos a nivel internacional; tanto así que el stock en circulación de bonos corporativos no financieros llegó a 13 mil 500 billones de dólares en el cierre del año pasado, el doble de la cifra vigente en diciembre de 2008.
“El mercado de crédito se mueve rápido hacia un punto de no retorno, en el cual las fuentes de financiamiento se acaban, los emisores enfrentan restricción de liquidez, incrementan las pérdidas de crédito y los inversionistas se apresuran a tomar la salida más cercana”, explicó Oleg Melentyev, estratega del Bank of America.
Para las empresas con poco efectivo, menos fuentes de ingresos, un capital de trabajo restringido, pocos clientes y altos niveles de deuda pueden suponer una situación grave, pues puede incumplir con los pagos, bajar la capacidad para sostener sus operaciones y, en casos más críticos, caer en bancarrota.
¿Cómo pueden actuar las Pymes? Ante este panorama, para evitar la insolvencia financiera y mitigar los efectos de la incertidumbre aunado al aumento del precio del dólar, Drip Capital considera vital asegurar la disponibilidad del capital:
“El sector de tecnología financiera, caracterizado por ser más versátil que el tradicional y aprovechar tanto tecnología, como capital de diversos mercados, ofrece alternativas digitalizadas de esquemas de financiamiento más seguros en medio de la incertidumbre, como el factoraje. Al no ser un crédito, sino una transacción comercial, este tipo de financiamiento ayuda a las empresas a tener capital de trabajo de manera rápida y menos riesgosa”, destacó la firma.