Tras la orden del presidente ruso, Vladimir Putin, de reconocer las regiones separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, se parecieron desvanecer las escasas esperanzas que quedaban de evitar un gran conflicto en Europa que podría causar un gran número de víctimas, escasez de energía en el continente y caos económico en todo el mundo.
Rusia no tiene “por ahora” intenciones de desplegar tropas en las regiones separatistas del este de Ucrania cuya independencia reconoció el lunes, pero lo hará si hay “una amenaza”, dijo este martes el viceministro de Relaciones Exteriores, Andrei Rudenko.
El gobierno ruso indicó antes que estaba enviando “fuerzas de paz” al este de Ucrania, pero el comisionado de política exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, enfatizó que “tropas” rusas se encontraban en territorio soberano ucraniano.
“La mayoría de los expertos (…) dijeron que esto parece el comienzo, no el final, de la incursión de Rusia en Ucrania, aunque es imposible predecir los eventos con certeza”, escribieron Jen Kirby y Jonathan Guyer en el sitio de opinión Vox.
“En Rusia, [esto] proporciona la base político-legal para la introducción formal de las fuerzas rusas, que ya han decidido hacer”, dijo a ese medio Michael Kofman, director de investigación en el programa de estudios de Rusia en CNA, una organización de investigación en Arlington, Virginia.
“En segundo lugar, proporciona la base legal local para que Rusia use la fuerza en defensa de los ciudadanos rusos de esta República independiente ahí. Es básicamente teatro político”, declaró Kofman.
Respuestas: sanciones
Los líderes occidentales consideran estos movimientos una violación del orden mundial. Stefan Wolff, profesor de Seguridad Internacional, Universidad de Birmingham, y Tatiana Malyarenko, profesora de Relaciones Internacionales, Academia de Derecho de la Universidad Nacional de Odesa, explicaron en un artículo en The Conversation que “las sanciones occidentales se están introduciendo ahora y pueden incluir medidas completas y más punitivas”.
El gobierno de Estados Unidos advirtió que pronto anunciará sanciones “severas”. La Unión Europea (UE) alertó al Kremlin de que no use los pactos recién firmados con estos territorios separatistas prorrusos para tomar nuevas medidas militares contra Ucrania, lo cual activaría “sanciones políticas y económicas de mayor alcance”.
Alemania decidió suspender el gasoducto Nord Stream. El gobierno británico anunció sanciones contra cinco bancos y tres oligarcas rusos.
Antes, el presidente de EU, Joe Biden, sancionó a los territorios separatistas. Se trata, advirtió Biden, del primer paso, porque Washington, en conjunto con Alemania y Francia, anunciarán hoy nuevos castigos económicos sobre Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, respondió que los ucranianos “no tienen miedo” de Rusia, a cuyo gobierno acusó de cometer “una violación de la soberanía e integridad territorial” ucraniana. Aseguró que las declaraciones rusas no lograrán modificar las fronteras internacionalmente reconocidas de su país.
El presidente de Estados Unidos se había apresurado a descartar el despliegue de soldados estadounidenses en territorio ucraniano. Ni siquiera para ayudar a evacuar ciudadanos estadounidenses que se pudieran ver atrapados por una hipotética invasión.
Desplegó hasta 2 mil efectivos adicionales en Europa, pero siempre a una hipotética retaguardia (Polonia y Rumania) en ningún momento a Ucrania, donde sí han enviado armas.
“Sería una guerra mundial cuando estadounidenses y rusos empiecen a dispararse los unos a los otros”, dijo Biden en una reciente entrevista con NBC News. Además, la renuncia de Washington a enviar tropas a defender Ucrania parte del hecho de que no está obligado a hacerlo.
Ucrania pidió a los países occidentales más armas frente a Rusia: “Esta mañana le envié al ministro británico de Relaciones Exteriores una carta solicitando armas defensivas adicionales para Ucrania”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, en rueda de prensa en la embajada ucraniana en Washington, y añadió que también se las pedirá a Estados Unidos.
“Violación del derecho internacional”
Wolff y Malyarenko indicaron en The Conversation que “el hecho es que el reconocimiento por parte de Rusia de las dos repúblicas separatistas es otra violación importante del derecho internacional”.
La comunidad internacional dio por enterrados los acuerdos de Minsk, con los que desde 2014 intentaba solucionar, por la vía de la negociación, la crisis abierta en Ucrania por las repúblicas secesionistas de Donetsk y Lugansk, tras ser reconocidas estas por el presidente ruso.
En The Conversation, los autores de “Ucrania: ¿qué hay realmente detrás del despliegue de tropas de “mantenimiento de la paz” por parte de Putin? Los expertos explican”, mencionaron que “el presidente ruso reiteró una agenda mucho más amplia que vincula claramente la situación en Ucrania con su desafío general al orden internacional”.
¿Por qué Ucrania?
Kirby y Guyer escribieron en el sitio de opinión Vox que “el lunes Putin pronunció un discurso combativo de una hora sobre Ucrania, que esencialmente negó la condición de Estado ucraniano y describió a la OTAN como una amenaza directa para Rusia”.
“Según Putin, Ucrania, como resultado del trazado de fronteras soviético en las décadas de 1920, 1940 y 1950, se convirtió en una construcción territorial “artificial”. Después del colapso de la URSS, terminó con “territorios históricamente rusos” habitados por personas de etnia rusa cuyos derechos son violados en la Ucrania contemporánea”, mencionaron los autores en el artículo en The Conversation.
Recordaron que “Putin también afirmó que estas violaciones se han debido en gran parte a que Ucrania es un Estado fallido en el que las decisiones las toman autoridades corruptas que están bajo el control de las “capitales occidentales”. Pero, quizás lo más importante, repitió que Ucrania, al acercarse a la OTAN, ya ha creado amenazas para Rusia, a las que Rusia debe responder (..) El discurso de reconocimiento de Putin y su tono hacen mucho más probable, por lo tanto, que este es, en el mejor de los casos, un breve interludio en una crisis continua y cada vez más profunda”.
El alto representante europeo para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, dijo este martes que hay una “invasión encubierta” de Ucrania y cree que Rusia irá más lejos en su intervención militar.
¿La invasión esperada?
En Vox, los autores se preguntas si “¿Es esta la invasión que el mundo ha estado esperando?”. Este martes, la Casa Blanca comenzó a referirse a los despliegues de tropas rusas en el este de Ucrania como una “invasión”.
Rusia, “es una fuerza capaz, y en posición, para una operación de escala mucho mayor . “Rusia no necesitaba acumular 190 mil soldados para reconocer simplemente la independencia de Donetsk y Lugansk”, dijo a Vox Natia Seskuria, miembro asociado del Royal United Services Institute.
En el medio recordaron que “en 2014, Rusia anexó Crimea e invadió el este de Ucrania, respaldando a los separatistas pro-Kremlin en las regiones de Lugansk y Donetsk en un conflicto que se ha gestado durante años y ha dejado al menos 14 mil muertos (…) Los bombardeos desde el lado separatista de la frontera respaldado por Rusia se intensificaron en los últimos días, y los líderes separatistas culparon a Kiev, sin evidencia, por los combates y pidieron a sus residentes que evacuaran. Para el lunes, Putin había convocado una reunión con su consejo de seguridad para discutir la situación, luego, horas más tarde, declaró independientes a estas regiones separatistas y envió fuerzas para lo que describió como una misión de “mantenimiento de la paz””.
El analista Anatol Lieven del Quincy Institute for Responsible Statecraft escribió : “Esto no sería una invasión. Marcaría sólo una escalada limitada en el conflicto que ha estado ocurriendo en el Donbás desde 2014”.
“No está claro si esta escalada conducirá a que las tropas rusas se enfrenten directamente a las ucranianas, o qué sucederá sobre el terreno en estas regiones declaradas independientes en los próximos días”.
Andrew Roth escribía en The Guardian: “Moscú ahora amenazará a Ucrania con una guerra más amplia si continúa luchando contra los “separatistas”, diciéndole a Kiev que Rusia ahora está obligada por tratado a defenderlos de un ataque”.
“Las vías diplomáticas para salir de este conflicto se están cerrando rápidamente, y los expertos dicen que Putin parece estar construyendo un pretexto que podría necesitar para llevar a cabo un ataque más fuerte contra Ucrania, llegando posiblemente al extremo de amenazar la capital de Kiev. Este es el peor de los casos sobre el que ha advertido la Casa Blanca: una guerra que costaría decenas de miles de vidas y podría provocar una crisis masiva de refugiados”, alertaron en el sitio de opinión Vox.
“Al reconocer la independencia de los territorios ucranianos ocupados por Rusia, Donetsk y Lugansk, el Kremlin ha sentado las bases de su ambición de lograr los objetivos principales del cambio de régimen y borrar la soberanía ucraniana, por lo tanto, el regreso de Ucrania a la esfera de influencia de Rusia. ”, dijo Natia Seskuria, miembro asociado del Royal United Services Institute, al medio Vox.
Tom Nichols, escritor colaborador en The Atlantic, afirmó que Putin “ha elegido la guerra. Fue a la guerra contra Ucrania en 2014; ahora le ha declarado la guerra al orden internacional de los últimos 30 años”.
Este martes, Putin pidió permiso a legisladores para usar fuerza en el exterior; podría allanar camino a mayor ataque contra Ucrania.
Nichols concluyó: “Putin ha afirmado ahora que se niega a aceptar el resultado de la Guerra Fría y que luchará por desmantelar el sistema europeo de paz y seguridad construido por la comunidad internacional tras su fin. Esta es la guerra eterna de Vladimir Putin, y Rusia, maldita como lo ha sido tantas veces en su historia con un líder terrible, luchará mientras Putin siga siendo el amo del Kremlin”.
“La trayectoria de Putin desde 2008 no debería dejar a nadie con dudas sobre el hecho de que esta crisis está lejos de terminar”, escribieron en The Conversation.