Ánimas mazatecas llegan al Museo Nacional de Antropología

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A fin de difundir la tradicional S´ui K´ien (Fiesta de los muertos) mazateca, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) montó una ofrenda de Huautla de Jiménez, Oaxaca, en el Museo Nacional de Antropología, la cual y se podrá visitar hasta el 5 de noviembre próximo.

Dicho ritual es el más importante en la comunidad de la sierra y las tierras bajas de la entidad. Para los mazatecos simboliza el retorno de sus antepasados durante el ciclo agrícola para fecundar las parcelas, renacer en el maíz y los hongos.

Según los preceptos de la celebración, los huehuentones –las ánimas– se dan cita para hacer un recorrido en el que visitan algunas casas, calles, iglesias y panteones, también comparten las ofrendas que les regalan los vivos.

Escenificar el altar de muertos y ambientar el panteón, así como realizar expresiones musicales, dancísticas y gastronómicas, contribuyen a que el público conozca más sobre la cultura de la etnia, comentó Catalina Rodríguez Lazcano, investigadora de la Subdirección de Etnografía del recinto.

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Huautla de Jiménez, ubicado al noroeste de la capital del estado, es considerado un punto central de la región en los ámbitos político, social, económico, comercial y religioso, además fue integrado al programa de Pueblos Mágicos.

Cada 27 de octubre se hace un llamado en el lugar para iniciar las faenas en los panteones, las actividades de ese período se extienden hasta el 5 de noviembre.

Representantes y autoridades de dicha población participaron en el montaje de la ofrenda en el museo. Utilizaron elementos tradicionales como una mesa adornada con un arco forrado de flores de cempasúchil y begonia.

La base del altar se acostumbra cubrir con papel picado o un mantel, sobre ésta se coloca platos con mole, tamales, tazas con café y atole, refrescos o envases de aguardiente, frutas de temporada, entre ellas plátanos, manzanas, naranjas y mandarinas. En la parte más alta se acomodan imágenes de algunos santos.

Al concluir la festividad, las personas pueden comer los alimentos de la ofrenda, aunque muchos otros los entierran para darle sacralidad a los componentes del ritual. Para el grupo mazateco, la vida de las personas se extiende más allá de la existencia física.

El deceso solo es el inicio de un proceso de siete años en los que el familiar debe llevar a cabo una serie de ritos para purificar el alma del difunto y pueda adquirir el rango de antepasado. Ch´a so h´ó, yuba o huehuentones son los nombres que emplea el pueblo para llamar a los muertos.

Paralela a la exhibición estará abierta la muestra temporal “Perfiles mazatecos” en el vestíbulo del recinto cultural, que permanecerá abierta hasta el 20 de noviembre próximo.

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