¿Quién asesinó al Cardenal Posadas Ocampo? Más de #6 datos curiosos a discutir

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El jerarca católico quería revelar la relación entre narcos y políticos

Se cumplen 23 años de la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, más de dos décadas sin que se esclarezca el crimen que aconteció la tarde del lunes 24 de mayo de 1993. De acuerdo a la versión oficial, alrededor de las 15:45 horas se desató el infierno en el estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Guadalajara “Miguel Hidalgo”, justo cuando llegó un automóvil Ford Gran Marquis de color blanco y vidrios semipolarizados.

El día parecía como cualquier otro, el tiempo estaba despejado pero el calor era apabullante, nada parecía fuera de lo normal, nada hacía sospechar que el lugar sería la escena de un crimen, un caso que no se ha cerrado de manera formal.

La Procuraduría General de la República sostiene la versión de que el cardenal estuvo en el lugar y hora equivocada, que fue víctima del fuego cruzado entre sicarios de los Arellano Félix, quienes lo confundieron con el “Chapo” Guzmán, y la gente del capo de Sinaloa.

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No obstante, la Iglesia católica mexicana se muestra renuente a lo dicho y asegura que al jerarca religioso lo mandaron a matar ¿pero quién?, es la pregunta y por eso en Letra Roja te enlistamos 11 datos curiosos que destacan entre las averiguaciones y que abren el debate.

1.- El caso del Cardenal Posadas no está cerrado. Antes que concluyera la administración priista que gobernó México durante más de 70 años, la PGR insistió en que el Cardenal Posadas falleció en medio de la confusión de una balacera entre pandillas rivales en el aeropuerto. Sin embargo, durante la administración del presidente Vicente Fox las investigaciones se reanudaron.

2.- Juan Jesús Posadas Ocampo no estaba allí por casualidad. Se sabía que el jerarca recibiría esa tarde al entonces Nuncio Apostólico, monseñor Girolamo Prigione.

3.- Durante las averiguaciones, especialistas competentes elaboraron el “Libro Blanco” en el que afirman que la investigación fue precipitada, deficiente, manipulada y orientada desde el principio para imponer la tesis de la confusión.

4.- De acuerdo a una entrevista hecha por CNN en mayo de 2011, José Antonio Ortega Sánchez, el abogado que contrató el Arzobispado de Guadalajara desde el inicio de la averiguación para que los representara como parte ofendida, indicó que Posadas “conocía los nexos del narcotráfico boliviano-colombiano-peruano con algunos políticos mexicanos y que ahí se encontraba vinculado Raúl Salinas de Gortari”.

Con base en esta información, el cardenal intentó hablar con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y enterarlo de la situación, pero el sacerdote se vio impedido por José Córdoba Montoya, jefe de la oficina presidencial, hombre cercano y principal asesor del mandatario, quien lo tomó de la solapa, lo cacheteó y lo sacó de la oficina.

“Eso es lo que provoca la molestia en el gobierno federal  y como el gobierno federal no lo pudo callar lo tuvieron que matar, esa es la información que nosotros tenemos y la razón por la cual asesinaron al cardenal Posadas”, afirmó el abogado.

5.- Sobre este caso, el actual Cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez en la convención de Caballeros de Colón, en Nashville, Tennesse, Estados Unidos, afirmó que al Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo lo aniquilaron narcopolíticos mexicanos.

6.- Los autores del libro “Sangre de mayo”, Héctor Moreno y José Villasana, afirman que fue un Crimen de Estado. Durante el ataque participaron miembros del Ejército y de las Policías Judicial y Estatal, es decir fue víctima de un “tercer grupo” que sin miramientos lo ultimaron.

“No hubo ninguna balacera entre grupos de narcotraficantes. Fue una acción de un tercer grupo que pretendía recuperar documentos que creemos se relacionan con los nombres de autoridades involucradas en el narcotráfico”, aseguraron durante la presentación de su libro.

7.- El periodista Rubén Narváez en su diagnóstico político “El Crimen del Cardenal” menciona que todo fue a raiz de una cena en Los Pinos, donde se encontraban el presidente Carlos Salinas, el Nuncio Apostólico Girolamo Prigione, el mismísimo cardenal Juan Jesús posadas Ocampo y un personaje de Seguridad Nacional.

Durante la reunión el Cardenal abrió el diálogo de inmediato y exigió al presidente la entrega de los cuantiosos bienes de la Iglesia que continuaban en manos de diversos prestanombres. Salinas de Gortari se ofendió por la falta de pruebas, pero Posadas reviró y afirmó que contaba con ellas, mismas que involucraban al Presidente y a su familia con dicho delito, por lo que de no atender su solicitud lo harían público.

Antes de abandonar la residencia oficial, el cardenal vociferó: ”los Arellano Félix me dieron las pruebas para hundirlo”. La expresión habría sido su sentencia de muerte.

8.- El portal El Informador detalla que la PGR detuvo a uno de los autores del asesinato, Jesús Alberto Bayardo Robles alias el “Gory”, quien detalló la supuesta confusión y que el objetivo era acabar con Joaquín Guzmán Loera, no con Posadas.

Sin embargo, en 1997, “El Gory” confesó en Estados Unidos que en México lo obligaron a mentir en su declaración y al cardenal no lo mató ni los Arellano, ni el “Chapo”, muchos menos hubo confusión. Su muerte estaba vinculada a documentos que poseía, donde se involucraba a jefes del crimen organizado y altos funcionaros, versión que tampoco  es comprobada.

9.- El analista mexicano Carlos Ramírez hizo públicas algunas declaraciones de Benjamín Arellano Félix, quien afirmó a las autoridades judiciales que el Purpurado “fue asesinado por agentes de la (policía) judicial federal“.

10.- A fines de 1993 los hermanos Benjamín y Ramón Arellano fueron a la Nunciatura para decirle a monseñor Prigione que ellos no asesinaron al Cardenal. Por esos días también se pactó un encuentro con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari para informarle lo mismo y darle “datos incriminatorios de las relaciones del narco con funcionarios”. Sin embargo esta reunión no se realizó por oposición de Jorge Carpizo McGregor, entonces titular de la Procuraduría general de la República

11.- Nadie recuerda a las otras víctimas. El chofer del cardenal Posadas y dos personas que caminaban por el lugar cuando ocurrió el ataque.

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