Uno de los aviones más grandes del mundo, el nuevo Beluga XL de la compañía Airbus, ha despegado por primera vez este jueves en el aeródromo de Toulouse-Blagnac, situado en el sur de Francia, ante la atenta mirada de más de 10.000 personas —en su mayoría trabajadores de la compañía— que han presenciado un vuelo de entre tres y cuatro horas.
La ballena blanca, como se conoce a la joya de la aerolínea francesa por su similitud en apariencia al mamífero marino, ha superado con nota su primera prueba, según ha celebrado el director ejecutivo, Tom Enders: “¡Enhorabuena a todo el equipo por este trabajo pionero para futuros programas de Airbus! Bien hecho”. No obstante, al aeroplano le quedan muchos más vuelos de prueba hasta su certificación definitiva, prevista para 2019.
El Beluga, que en total, puede llegar a pesar 155 toneladas en despegue, está propulsado con motores Rolls Royce Trent 700 y reutiliza gran parte de los componentes del modelo A330-200. Gracias a sus 62 metros de longitud y a los 8,8 de diámetro máximo que mide su bodega, es capaz de transportar hasta 47 toneladas de piezas para la fabricación de otros aviones, lo que proporcionará una capacidad de carga adicional del 30% a Airbus si ejecuta su plan de concebir cinco de estos prototipos.
Pero a pesar de su tamaño, no será el avión más grande que surque los cielos. Aún mayor es el Dreamlifter de Boeing, que cuenta con un fuselaje de dimensiones titánicas diseñado para trasladar componentes desde las fábricas en Italia y Japón hasta las plantas de ensamblajes situadas en los estados norteamericanos de Washington y Carolina del Norte.
Redacción–noticiant/elconfidencial.com